Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

lunes, 24 de diciembre de 2012

Que le den mucho por el culo a la putísima Navidad.

No seré yo quien os desee Feliz Felicidad,
sí, pastores al redil, como disimulando estos acúmulos del dolor,
obviando los garfios de tantas Nochebuenas pasadas,
feliz falacia, lubricando a buen seguro la permanente insatisfacción,
los orgasmos de buenas intenciones y palabras sordas.

Hablemos, en contra, de La Muerte,
de la mayúscula ausencia presente en cada latir de bares y versos,
ocupémonos de los llantos de entre los calabozos,
de los niños bonitos con la cara cortada a la penumbra ebria de Las Atalayas,
de las borrachas apaleadas en el Jardín de Floridablanca, murcianos,
hablemos
de las catorceañeras desvirgadas que no conocen el Islam ni otra cosa que la prisa,
de los mendicantes ladrones de prebendas y de los indigentes que arrancan nuestro cobre
(el cobre de todos los españoles, sí, estos extraños zíngaros que vinieron
al rastro del preciado tercer premio),
de los sucios jueces que se han alimentado con el culo bien puesto de la cantante de idiomas,
tratemos por un momento del padre que golpeó a su hijo con la cizalla, de la carne abierta y el perdón,
indiquemos
con esmero que no cantamos villancicos a los inmigrantes que internamos en el CIE,
que las gordas fueron excluidas del proceso de selección,
que un leguleyo ha pactado la tercera condena y nadie ha salido del Mercado de Jerusalén,
que las niñas bien han vuelto a conseguir robas unas braguitas del Primark,
que los hostias volaron como panes cuando Mohammed llegó al madrugar de Hatifa,
digamos la puta verdad aunque sea solo por una sola puta vez,
metámonos el turrón y el cava por el orto,
digamos, insisto, que hablemos de La Muerte.

Alguien tiene que acallar el silbo y colmar la nieve del belén con tanta lefa roja,
alguien ha de sincerarse contra la oficial mentira, y mostrar que somos
ingenieros
de las rendijas carenadas
del odio,
alguien, y no veo su número, tiene que ser el que diga que el apocalipsis sí ha llegado,
que los cuatro jinetes campan por nuestras mesas y que el catalán y el sevillano se odian,
y se muere doquiera por banderas,
y detrás de las banderas hay seres codiciosos, Presidentes y Ministros,
y detrás de esos poderosos hay gentes ricas de vísceras maceradas en oro y en mirra negra,
que al otro lado de la mesa no vamos a sentar a los pobres de mierda,
y nosotros no somos, ninguno, ni un ápice mejores.

Cuajos de pena es lo único que siento al reír de lo humano
y prefiero el corte frío del agua del invierno,
hoy las casas se inundan de sierras romas y mensajes regios,
pero al final de las filas hay un enano con un dedo levantado
preguntándonos quién coño firmará la cuenta cuando acabe la masacre.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Ciertas verdades.

Hoy te lo confieso...

Soy un tremendo fracasado,
mis correligionarios han acabado la comida y se han ido a seguir mintiéndose
por Navidad,
mientras yo, el gran señor de la instrucción, ha venido lúgubre a su cama,
único lugar donde señorean los fantasmas,
los errores,
los años transcurridos en cubos de baldes,
a hablarle a mis yos incorrectos, sí, te lo aseguro,
la fe no me librará de mi destino,
he pecado
y acaso con ello me he hecho incluso útil.

No servirá de nada tu compasión,
mis carnes se van flaciendo mientras mis orgasmos se van espaciando,
mis hijos se alejan de mí por mera revisión de su pervivencia,
todos dicen que me odian y hay más amor en la espita que en el culo del empalado,
no me digas que esto es el triunfo de los acordes,
no.

Yo sé quién soy...
los periódicos me mentan para mi loa, y todo es sucio,
trato de no ser más que el que comió de la carnaza,
quiero ser el humilde espetón que sabe de su manada,
mas no soy nada sin todos vos, y tú
eres mi salvación.

No son mis días de lumbre ni de calor,
no son mis hidras vengativas pero todos, todos,
moramos el oprobio,
no quiero vuestro perdón sino vuestra piedra,
he fallado, he errado con yerro de titanes, he vuelto a perder,
mi siesta tardía va a ser mi tumba, mi nombre se diluirá entre vuestras risas,
y os quiero,
alguna vez tendremos que cantar otros himnos, la victoria
dejaremos de lado, la marea nos será propicia, la senda
abrirá sus espinas en capullos,
somos tan débiles, tan pocos
que merecéis más de mí de lo que soy, y sin embargo
sois más de mí que lo que el tiempo osará
concedernos.

Y me siento tan mal,
y sin vos todo será inútil.



  

martes, 18 de diciembre de 2012

María Teresa Cervantes ha seguido escribiendo.

Hoy no tengo nada sobre lo que escribir.

Hoy soy el afortunado que sabe que su vida no es suya,
y empero se enreda en los sargazos de sus días metódicos y repetidos,
nada nuevo bajo el sol, amigos,
no quiero a buena parte de la gente que usa mi nombre,
no me resigno al triunfo del mal cuando el mal vive en mis chozas,
le pido al dios en quien no creo que venga a levantarme de la siesta,
y me cago en el dios en el que creo por habernos dado la conciencia,
nada nuevo, en verdad, siempre esta permanencia del deseo, ya
tan
deshilachado.

Rebeliones que observo, poetas sociales con razones para la ignorancia,
manos llenas de monedas que callan bocas tan llenas de mierda cual soflamas,
todo en una ruleta apática de lo que ha sido y seguirá siendo,
nada sobre lo que escribir, todo lo mismo, la jodida luna, el sucio mar, la triste ventisca
de los años,
cuéntame, María Teresa, cuéntame tú
cómo has hecho para seguir latiendo entre esta escoria
que nos puebla, nos domeña, nos alumbra,
años y años cerrando el peso de las anclas que nos hagan encallar en el silencio,
barcos al pairo del dolor y sin embargo tu sonrisa, tus dedos de madre creadora sobre el tiempo,
tu ingente persistencia,
tu misterio de alegre muñidora a pesar de mordiscos tan agrios,
tu sangre de arrabales que no ha yacido en la desesperanza,
tu mirada osada contra tanto piano que se ha ido acallando...

No lo entiendo, no, y quizás por ello
al fin y al cabo sí que exista algo sobre lo que escribir.




jueves, 13 de diciembre de 2012

Puto.

Mentiras y senos pueblan mis madrugadas,
deseos e intentos, llena mi boca de lo aconsejable,
todo esto es lo que debería ser,
la permanencia de lo óptimo contra el desgarro de mis últimas rebajas,
todo esto es lo conveniente, el rocío contra la espina desvirgada,
el bálsamo curativo de la herida inexistente.

Pero siguen los coños y los nombres invadiendo la almohada de al lado,
y no puedo esconderme de estos tremendos habitantes de mis armarios,
finjo, simulo, caparazón afuera de uñas lentas y aserradas,
capullo adentro de garra de seda al corte y de lenguas que pueblan
a tantas
otras
mujeres.

Me enseñaron a querer solo a una, me creí a pie cambiado tantos Catecismos,
me dijeron que sería solo una, y al final solo me amé
a mí,
noche de apellidos cárnicos esta, del terrón deshecho al tan ansiado
flujo
culpable.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Se ha agotado.

Insisto en que la mar se me está avejentando,
por tratar de ser vosotros me he perdido en este agrio lustre,
entre páginas y enjambres de palabras, muecas de toro herido,
dije pollas y cadenas y coños y aguaceros,
os hablé de follar y del limo de la espada, pensé que abriría un hueco entre vosotros,
pero fue en balde.

Yo no soy uno de los vuestros,
de la manada de lobos soy el cerdo lisonjero, el opaco bufón,
se agotaron las ceras de los velámenes de tantas otras noches,
los pianos han enmudecido ante la presencia inoportuna del último esfuerzo,
las largas cadenas del trabajo han anclado, y la marea siempre se antoja negra,
amigos que desiertan, delitos societarios, domingos de acuarela
desviada,
no lo valgo, no lo tengo, no soy poeta ni voz ni hito ni momento.

Solo versos huecos,
desiertos que sí he hallado, alhajas falsas para los cuellos y su canal
abierto.

martes, 4 de diciembre de 2012

Rendición.

Es fácil rendirse,
dejar de andar y bajar la mirada,
quizás hasta inevitable es preguntarse el porqué de estos coitos de voz sorda,
sí, creo que vagamos y miramos pero nada recorremos
ni vemos.

Por eso quizás debamos seguir adelante,
pues somos fantasmas de nuestra propia sombra,
lánguidos brazos caídos de sauce que ya no llora,
es fácil terminarse, sí,
pero la resistencia de la palabra Dios es no menos terrible
y su mandato no más cálido que el golpe
del ala sin vuelo.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Vanitatis Fauces.

Siempre se adueña el sopor de mis victorias,
el sueño del cada día una batalla, perdedor de guerras contra mi yo-enemigo,
pautadas disciplinas me acompañan desde que la flor se cierra al mañanar,
deberes, relojes machacados a golpe de brocha gorda, de tiempo incoloro,
reuniones y opiniones de los estúpidos que creen saber del algo.

Todos, ignorantes, metemos quinta y de marcas rodadas anegamos los otrora campos,
semáforos en rojo y chicas leyendo descuidadas al paso del tranvía,
y en Gaza los niños mueren y en Santiago el Mayor las crías son folladas a los trece años,
y creo que a nadie le importa un carajo,
nos despertamos con la agenda y el alfange,
Juntas de Jueces, declaraciones de intenciones en las miserias ajenas, comidas de trabajo,
despedidas, buenaventuras de diapasón justipreciable, comportamientos, sí,
ejemplares...

Queda para la planta sótano el roer de los barrotes de los reos calaboceros,
para la encimera de las espinas el caldo que te consuele el sucio labio,
ese ojo poligonero que ayer te rajaron, esa tetas de borracha que ayer magrearon,
resta para el enano de las señorías el comprender porqué en Ecuador las hostias llueven
como panes caseros e infantiles, y mientras
somos gentes de tarjeta de crédito y sonrisa siempre dispuesta, mientras
los hombres como yo desean a su vecina y se follan a su mujer con esa cara mutante,
y el pescador arrasa sus palangres porque en la lonja el mero se torna japuta,
y el precio del sudor y la sal lo inmacula el mercado,
queda todo esto, y cae la noche,
y soñar sería lo deseable, nunca despertar al dictado de los protocolos normativos,
son las once, por fin,
una hora más de fingir que yo tengo la llave,
solo una hora de lamer la herrumbre y ni mear óxidos,
hasta cerrar párpados y saber que pasamos y nos vamos,
nos vamos,
lejos de la mierda que fuimos, loas de enemigos ensalzados al solo consuelo de las tumbas,
hablad, sí, hablad de la escoria que soy aún que puedo oíros,
no le digáis a mis hijos que antaño fui su gran padre,
decidles, empero, que nunca quisimos otra cosa que nuestra
tétrica
estrategia del consuelo y ceguera,
que el dolor de otros nos ha importado siempre un nabo,
que no hay esperanza mientras los coños no puedan, siquiera
oler ya a coños.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Quince minutos.

La vida me ha dado quince minutos,
unos minutos fuera del tiempo ordinario del reloj y el hombre,
un respiro fugaz de sentencias y deberes parentales,
quince minutos para observar y, acaso, a lo peor, ver.

Quince minutos son todo lo que tengo,
guitarras afiladas como poteras que muerdo, minutos de agonía al pensar,
al parar y respirar, de pronto rodeado, documentos,
propágulos que precisan dinero y ropas y, a lo peor de nuevo, amor,
directrices que he seguido en protocolos que he firmado, quince minutos,
y qué hacer, dime, jodido Dios, qué hacer,
dame parches obligados, dame creencias profundas,
que yo crea que cuando me levanto es porque siempre lo voy a conseguir,
que yo sienta que al obrar creo, mejoro, produzco la risa y la calma ventisca,
qué hacer, quince minutos, antes de coger el puto coche y lanzarme al mundo,
aprisa,
con los Dog's D'Amour invitándome a otra no-noche de no-copas y no-coños,
con el terror de fallar a tantos que se me ha agotado el cántaro,
mi cántaro,
antes de beber de sus ciénagas o
de sus aguas...

Sí, quince minutos inmundos, la vida llama al teléfono y dice que me retrase quince minutos,
y yo de veras quiero mandarla a tomar por culo.

viernes, 16 de noviembre de 2012

¿Quiénes son mis amigos?

Nos ha derrumbado, al final, lo que nos predomina,/
luché, me he rebelado, escondido tras mis sábanas, y ya llegó/
el garfio negro, y ni puedo siquiera callar,/
silenciar que en los ejes de coordenadas siempre hay dos verdades,/
que actuamos en estos los escenarios que otros quieren que poblemos, que somos/ 
la imagen invertida del espejo de los demás,/
que ni tenemos nombre propio, ni nada hemos elegido, y la realidad nos miente, queremos follarnos y/
nos mentimos./

Siempre pensé que andando por la ciudad los demás eran más hermosos que yo,/
subiendo y bajando aceras veía cimbreantes hembras que tensaban sus ropas contra sus tetas,/
hombres de traje voluntarioso y éxito asegurado,/
contemplaba el fluir de la sangre del pueblo como un cuerpo perfecto,/
deseaba ser uno más de aquellos que tenían salón y cena caliente/
ante la nutritiva/ 
televisión./

Ahora ni siquiera creo que ellos sean sino miserables autómatas,/
me aterra el pensar que nuestra risa es mueca y nuestra herida raja y gangrena,/
de qué nos sirven los jardines floreados, las novias a las que besamos,/
los vinos escanciados mientras corren las confidencias y los lunares deseados,/
a qué último rescoldo deberemos ir a calentarnos./

No puedo esbozaros la sonrisa, lo cierto/ 
es que dejé mis fuerzas en los hechos probados,/
en síncopes vaso-vagales he ido contando mis cumpleaños, y no me importó,/
y ahora me cobran por leer mis bodrios la amistad que no me regalan,/
los que me sonríen creen que soy un llano y amargo montón de mierda,/
creen que mis mármoles solamente adelantan mis panteones,/
y lloro, y tengo miedo, y quiero saber quiénes son mis amigos,/
los que entienden que no hay libaciones ácidas ni absentas sin veneno,/
los que se anclen contra septiembre, se amuren contra el estío, y me abriguen/
me abracen/
en estas galernas de caídas, de olvidos sucesivos, de voces muertas,/ 
de otoño./

sábado, 10 de noviembre de 2012

Dulce Julio.


No volveremos a nadar en el dulce julio,
el sol saldrá, los campos abrirán gigantes manos de colores,
la mar no cesará,
pero no, Rick, el dulce julio se nos marchó con la ceniza de los miércoles,
año tras año, odre tras odre, novia tras novia,
nos hemos quedado varados en esta rada sin fondo, sin poseidónea manta, sin salida,
y han sido tantos los solos de guitarra que hemos sentido posibles,
tantas barbacoas han encendido nuestro sexos sin que nadie avisara de que el sol se pondría,
no nos es suficiente,
nunca lo puede ser, Rick, tú te has muerto,
la traición de los amigos, las notas del Maestral, todo esto ha colmado los adarves,
y estamos lejos, Sr. Wright, muy lejos, de lo que fuimos,
todos nos hemos muerto, Rick, llegan los agostos pero no reímos al estío,
llegan los coños pero deseamos al prójimo,
llegan las leyes pero llenamos de mierda las togas, y no queremos,
no queremos
veredictos,
solo sueños, perfiles de ojos llorosos con las legañas del ayer,
el dulce julio, Sr. Wright, por Dios tu dulce julio,
una caricia de la juventud perdida, el calentor del mediodía en la cara,
la ceremonia de los bancos de pueblo y las risas,
algo que sea de verdad, el cobalto dulce del regalo, el ayer
frente a esta cascada de los haberes negros y las deudas ya tan
tan
repartidas.

martes, 6 de noviembre de 2012

Nunca.

Me preguntas si he dicho algo de lo que nunca fue,
si he comentado lo que sucedió en la nada y se diluyó en la mar,
si estos pecios imposibles han singlado, o fueron ya abordaje al primer botellazo,
me preguntas si las rojas conocen de las manos que no tocaron y de los ojos que no vieron.

La respuesta es no.
Los sueños se tornaron pesadillas, pero no.
No salimos del escabel de lo posible, y no,
nada que fuere fue, como nunca fue el tiempo que
escasamente
compartimos.

http://www.youtube.com/watch?v=X9KBKXoWvQ4

lunes, 5 de noviembre de 2012

Pago.


Deudas de manos abiertas,
créditos tal rajas, sedientas, pólizas de daño y de dolor,
somos financieros, sí,
débitos a cientos que amontonamos en los cabeceros de las camas,
somos banqueros inmundos de noches sin sexo y de mentiras, usureros de la caricia,
no nos quiero así, no, pero tus buenas acciones no quedarán sin castigo,
nada en ti lo hará.

Yo ya me aboné la hoz con la que me caparon a mordiscos en las tetas de la Catalunya,
y me dijo mi psicóloga que todo, todo, me lo cobraría
                                     (no la escuché, y la rapiña me asoló las viñas),
ahora no quiero entrar en nóminas algunas ni morar en las cuentas corrientes,
del cohecho tenemos muchas lecciones que explicar, y hasta de la balanza nos metimos el fiel
por el culo, y a lo peor
incluso
lo gozamos.

Que no todo es el dinero, no,
para nuestra ciega y falsaria
desgracia.

lunes, 29 de octubre de 2012

Depresión.

En estos yermos eriales en que paso mis últimos tiempos
ni Noto ni Céfiro vendrán a soplar aires de vida,
andaré desbocado de hora en hora con sabor a leña vieja en la boca,
y las decisiones vendrán solas como las piedras romas contra mis testículos,
anunciándose a redobles de dolor.

En estas terrenales regiones de la depresión psiquiátrica
dirán los demás de mí que soy un perturbado, que arranco flores frescas como perros cardos,
la estabilidad será el cúmulo de una nube nimba de pendiente sucesiva,
los trajes de buceo se secarán en los armarios de su numerología hastiada,
y ya pocos me querrán, porque dejaré de serlo, no seré
el gran hombre en su proeza,
el hacedor que se atreve a levantarse de su cama.

En estas latitudes de Lethe y sus riveras catalanas de acantilados repentinos
moro y vago, y no encuentro el nombre que otrora tenia cada cosa,
las pastillas demiúrgicas de cada mañana sustituirán a mis iconos al alba,
los dedos ateridos buscarán el consuelo del vino y los abrazos, pero yo sé
que es negro,
que es hondo,
que es solo
el sendero.


PD: (Y el rondar, siempre grave, de los sonidos de Katatonia).

miércoles, 24 de octubre de 2012

A ti.

No siempre que escribo tengo algo que decir,
ni siquiera siempre que te hablo tengo algo que contarte,
nunca me enfrento al otro con un plano de carreteras,
y son tantos los caminos sin salida que nos mostramos...

Es cierto que cuando se juntan nuestras gaviotas rapiñan sus nidos secos,
es verdad que en este singlar abordamos todo navío que nos tienda una bandera blanca,
admito que he sido peor de lo que quise, que fui la escoria en mis zapatos
y aciertas si piensas que lamí la mierda que pisé,
mas quién no lo ha hecho, quién, dime la verdad.


Y no por todo eso los espinales dorsales de mis labios mienten
en su dolor sincero de clavo y óxido,
y me atrevo a caerme y recogerme, acantilados unos tras otros como hermosas teorías de temor,
ni mi melena ni esta obscuridad de violín y polvo eran aquello que yo quise para mí,
pero nuestra carne es salazón, como un enema abierto al espejo que nos mira y nos aterra,
y mis años no son míos, ni tus leyes son las ciertas, nos perdimos,
extraviados, en ese afán de solo buscarnos.

Hoy mi salón tiene ventanas de inopia,
hoy mis dedos tienen pústulas de amor quebrado,
pero seguiré creyendo que una sonrisa esconde más que dentelladas,
mi caña cederá el carrete y seré yo la carnaza de tantos anzuelos que mordí,
y una copa de vino vendrá al rescate de esos niños que nunca (no, jamás)
dejaron de serlo.


jueves, 18 de octubre de 2012

Cieno.

El cielo es hoy del color del barro que mis viejos me dijeron del Sáhara,
va a llover, lloverá vida en piedra, tierra lejana, arena del Magreb, dijeron,
cielo de sabor del desperdicio de la sofocación del hombre,
estar tarde, sí, gris con un viento Sur caliente que mece la seca desesperación de mi jardín,
pero no entiendo nada, no lo entiendo...

Yo debería de tirarme de bruces a las malas hierbas de mi parcela de niño bien,
de niño destrozado por el abandono de los otros y por su abandono del amor,
y debería oler el petricor que adelanta la avalancha de tierra húmeda,
yo debería mandar a tomar por culo estos doctos documentos,
andar por la vereda de esta rambla y esperar al dolor de Arabia,
y ya no lo puedo comprender...

Qué cojones hago aquí,
desde cuando la legalidad urbanística y los planeamientos parciales han comprado mi alma,
porqué no destrozo mis lámparas y salgo a empaparme con el llanto del verano muerto,
cómo otra tarde he conseguido que mis gritos se ahoguen
en estas diligencias previas de miles de folios,
qué soy yo para resolver nada, cómo podré dar palabra al émbolo si solo quiero jugar con el cieno,
dejarlo todo,
dejarte a ti,
cerrar los ojos y volver a empezar,
simular que nada de estos logros que he ansiado han realmente ocurrido,
desnudarme de tantos trapos que me tapan las heridas,
reír al deseo y bramar a la sombra,
que cojones hago aquí...

Acaso nada mereció la pena.
Hasta este escrito es morralla, burbujas de la salpa más cerda de estos bancos de ojos miedosos,
hay caminos, hay salidas, Hades siempre fue misericorde,
pero yo cierro mi blog, sueño en azules y vivo en negros,
y me entrego a la comprensión del jodido documento número ciento veintiocho,
al menos
hasta que alguien tenga el valor de afirmarme que merezco, siquiera,
unas pequeñas gotas en la frente.


sábado, 13 de octubre de 2012

Carpe Diem (y una mierda).

A ratos nada de esto tiene sentido,
y me enfrento a la pantalla vacía, y quisiera no tener tantas voces con que cortarla,
en las tesituras de la soledad y del amor yo mismo doy cartas y las rompo,
en los ábacos de la satisfacción yo mismo busco coños y los aparto,
no hay mesura, no hay medida, no hay lógica en estas falsas lágrimas.

El tiempo va pasando, la soga va abarcando,
recuerdo que he de morir, recuerdo que ya he muerto a medias,
soy de segunda mitad, soy de última rima, soy de mar insatisfecha con su asquerosa humedad,
soy lo que quise ser y hoy quiero quemar, soy el eco y la mudez,
soy despreciable,
nada, nada de estas festividades es cierto.

Fue solo ayer y ya me he acostumbrado,
los poetas se odian y se envidian,
los jueces orinan sobre los códices con tal de cortar la mano fétida de Temis,
los jugadores de golf van vestiditos de niños pijos, de su infancia de pago,
las putas se están peleando por la polla de ese viejo rico,
los moros roban trajes de mujer en "Zara" para vestir a sus damas solo en la parca luz de sus casas,
los ilegales no entienden las leyes que les condenan a sus miserables Áfricas,
los amantes se hostian cuando descubren que ni siquiera se consiguen engañar,
todo es fértil como lo es el musgo negro, todo es postrero como el cadáver olvidado,
comido por los perros callejeros,
brazos que han alimentado los gruñidos de los zorros en los campos,
memento mori, yonquis de bragas húmedas y nuevas carnes, recordando...

Vosotros no vivís en las bambalinas donde (siempre) violan a la primera dama,
vos no sabéis los nombres del horror, y Kurtz se nos ha arrancado la lengua a bocados,
nada de esto es fruto de un silogismo, ni de la casualidad...
vamos a morir, y cada día nos vamos deshaciendo,
así pues meteros, meteros vuestros violines,
vuestras dulces flautas
por el culo.

martes, 9 de octubre de 2012

Era grande.

Hubo un tiempo es que yo era grande...

Yo mismo no lo sabía,
escondía mi sombra de tipejo bajo y feo por los arrabales de tantos países,
no me atrevía a confesar que solo me importaba el conocer, y el follar a quien fuere,
era grande, era puro, era
ante todo
libre.

Ahora me he encerrado en estos muros,
deconstruyendo mis hazañas me he rodeado de banderas heavys, de fotos de sitios lejanos,
de metopas de recuerdo al gran hombre que no tuvo piedad en su azada y su martillo,
pero solo soy mi prisionero,
no hay hora de comer ni de pensar cuando en los brazos de los sillones viven otros,
cuando en las repisas de las sillas habitan los fantasmas de terceros,
paredes, jardín exterior, pero celada interna, trampa saducea, galera jurisdiccional,
pobre hombre, solo eres un pobre hombre,
y hubo un tiempo en que eras grande.

Me han sacado en las páginas de los periódicos,
me han entrevistado y en Google hay muchas entradas de mi estúpido clon de venas para fuera,
no me engañéis, no nos engañemos, todo se ha acabado,
el fuego inglés desoló las costas, las alabardas se han doblado contra esa toga con la que duermo,
resido en un despacho alquilado de fotos de reyes muertos y tumbas de príncipes vivos,
y me cago en todo,
de veras que me cago en mí,
y solo me queda decir que maldigo mi camino, que odio mis dedos leguleyos, que me asquea
el barro
que, conciencia cumplida, me acompaña cada noche de pies para dentro, en mis
putas
         sábanas
                      añejas.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Cornelia.

Hay días como estos en los que nos faltáis,
y vosotros sois los invitados a vuestro propio enlace,
¿recuerdas, Nuria?,
¿recuerdas una mujer de sesenta hermosos años blandiendo la tostadora en las mañanas?,
¿guardas en tu retina el amor que nos dieron y que no fuimos
nunca
capaces de devolver?

Hoy te casas y, donde quiera que sea, haces felices a tanta gente,
a tantos seres hermosos a los que, muertos, no ha llegado la invitación de boda,
mas su regalo es tu sangre, tu alma, tu estirpe venidera,
y vamos a mentarlos, Nuria, vamos a referir cuán de alto su legado y cuán de activo su recuerdo:

Había un hombre entero que fue viejo desde los cuarenta y pico,
postrado en una silla de ruedas, en unos pañales y en unas sondas alimenticias,
estaba Andrés, Nuria, estaba Andrés, con su sombrilla que cambiaba de pies al Levante y al Leveche,
con su viejo transistor ollando en las voces de verano del Canto de las Minas,
¿recuerdas a Andrés, Nuria, ese hombre de mirada poderosa y cuerpo frágil,
ese abuelo de increíble poder en su paciencia, en su sonrisa, en sus gruñidos de habla cercernada,
recuérdas cómo nos quería, cómo levantaba su única mano libre para abrazarnos al beso?;
y Andrés está aquí, mi Nuria, Andrés nunca se ha ido.

Y yo recuerdo una señora mayor con una bata de cola y un delantal presto al ataque,
y ni me atrevo a  invocar su nombre, Nuria, porque del llanto se hizo la maestra,
recuerdo mis despertares en tu casa del subir al faro, mis novias que la adoraban,
cómo nunca nos dijo de su padecer, de su labor de centinela, de sus esquirlas sangrantes en sus pies,
cómo no vas a recordarla, Nuria, cómo no vas a abrazarla, mil, cien mil veces, en esta tarde que nos acompaña,
sus tostadas de aceite y tomate en la mañana,
su risa de niña en el momento más duro, su palmada a la chepa de tu primo el chepado,
su nombre, su nombre, Nuria, hoy podría matarnos,
porque está aquí, bailando, bella con ese lunar que le mordió Andrés al caer al Cabo desde La Aparecida,
y se siente tan feliz, Nuria, porque todos la llevamos tan dentro y a todos nos enseñó tanto
que las órdenes de Cornelia no eran un apellido, sino un don,
que sus tortillas al caer el alba mientras os emperifollábais Pilar y tú en ese baño lleno de aguas
son el sentir de nuestra boca, el callar de nuestro ojos, el silencio de nuestros oídos,
y campa, Nuria, campa en nuestra casa nueva de la subida al Faro, y hoy
se ha vestido de guapa (y desnuda sería ya bellísima), como para la boda de Pilar
ha perdonado todos los años de vidas ajenas a la suya, porque no nos es extraña,
porque yo soy ella, tú eres ella, mis brazos llevan su sangre y tus pechos llevan su aroma,
y conviene saber que no todos los invitados nos quieren igual.

Quizás todos nos sienten y algunos nos aman,
quizás todos os desean lo mejor,
puede que todos fueren cimiento de la vida que quieres inventar,
pero sólo ellos dos, tu Andrés, mi Cornelia, pondrán la argamasa,
y el Faro por las noches sigue alumbrando al húmedo peregrino de la mar con la sabia de sus ojos,
y no podemos fracasar, Nuria, no podemos,
hasta para mi Mí ateo hay marea y vigía,
hasta para nuestro Nos en borias hay bocinas de barco en alta mar,
hasta para tu Tú hermosa hay quien te sostiene el carmín con sus labios y quien te alisa la cola
con su sola mano
de hombre incapaz
capaz de todo.






miércoles, 19 de septiembre de 2012

Lágrimas de hija.

Salada era esa mar muerta a la salida del colegio,
la acre renascencia de temores que asomaron y que nunca, nunca, se han ido,
el fracaso de los números,
la soledad de los torpes,
ser menos que, no ser siquiera quién,
golpe Matute de chiste malo y de culo abierto, de popularidad recién desflorada,
 y que daría yo...

Ver llorar a quien amas es comer de tu propio desgarro,
ver plañir a quien pariste no puede más que ser tu culpa,
tu putísima culpa de Domingos y tres golpes de pecho,
la dimensión del abrazo que no abarca,
los esteros rotos donde ya no cristaliza ni la luz, esos parterres secos, terribles,
no llores, no siegues, no caves, no mientas...

todos perdimos esas batallas, y puede que aún las estemos librando.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Lo voy a dejar.

De vuelta a la rutina de coser heridas y blandir espadas,/
otra vez septiembre/
y su labor despreciable de mentir a los nombres de las cosas,/
de decir que la felicidad no es un cangrejo muerto en medio de la mar casi otoñal,/
de volver a simular que al brindar no adelantamos la fecha de nuestro adiós,/
que nos vamos, amigos, que todo olerá a estío derrocado,/
al rey de la ciudad del ocaso cantando viejos temas de Marillion,/
al cetro insistente de la sonrisa falsa, de la tarde de domingo frente al ordenador o al mundo,/
de nuevo septiembre, de veras,/
fiestas y toros muertos, lechos y polvos viejos, y recogiendo,/
recogiendo las últimas lianas de nuestro Tarzán bañista, mudo de espanto/
en maletas de litorales y mudanzas.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Anales del amor.


De tantas esas veces como me enamoro/
no obtengo de los hombres sino acres estertores en mi boca,/
risas de vampiro mientras se repiten sus palabras guarras/
y me dicen que eso es amor,/
esos gruñidos de la habitación de mis padres acaso cada tres meses,/
las categorías del "redtube" que mis primos invaden con sus manos manchadas,/
mi cuerpo que se te entrega mientras miras al portátil los últimos bukkakes,/
y dicen mis amigas que es que ando perdida/
(conformistas rameras coprófagas a la luz del viernes).../

De mi mirar entre copas de whisky a aquel al que quiero darle algo más que los dominios de los clitoris,/
de mis días, de mis bragas, de mi mano tendida al poblar la noche de obscuridad mi reino,/
incluso del pasar de mis estaciones y del monopolio de mi teléfono, siempre/
siempre/
todo acaba en un decirme"¿ puerca, te gusta?" y otras lindezas repletas de respeto,/
así que os sorprendéis de que sin lágrimas os use y os folle/
mi mentira de carne aterida a la desnudez del sinsentir,/
mi vagar entre paquetes no postales y sin nombre en el remite.../

Iros todos a tomar por culo,/
lo más bello del amor debe ser que, in veritas, no existe.

lunes, 20 de agosto de 2012

En un segundo.

Me da miedo,
miedo lo que callo y miedo lo que intuyo,
y muerde a dentelladas,
se cuela en tu vida en un mensaje de telefonía,
son algo más los coños del pasado, algo más profundo que los cepillos de dientes profanados,
y de pronto se hacen tuyo...
no seas idiota, sabes a quién me refiero.

domingo, 12 de agosto de 2012

"The Ship", by "Swallow the Sun".

Me obsesiona la voz de azabache de Mikko Kotämakki,
su definitiva ausencia de toda certidumbre que ilumine el escenario,
                                        el mío, el vuestro,
teatro
         sin bambalinas,   
la derrota marina de las guitarras de este barco al que canta, creo que hundido,
la rotundidad de la verdad de sus esferas náuticas, a saber,
hacia abajo,
hacia dentro,
hacia el putefracto y dentado mundo del fondo del mar.

A vos os la dedico,
a aquel que, loco de sí mismo, no ha visto cumplidos todos sus deseos,
o siquiera ninguno,
al que no se ha visto celebrado en su onomástica en pedestal alguno,
al insatisfecho,
al osado, al que llora
sin chubasquero y ríe entre las mellas de los puños,
a vos que no sois yo, que no calzáis más ropa interior
que el dolor del pellejo,
con los pelos largos, con el alma corta, con la calva y el buche
rellenos de desdén, crecidos de temporales como décadas,
a vos que tenéis nombre y creeís en mí, a vos que pensáis que yo sí he sido...

Confiar en el que promete es solo eso, anhelar,
desear lo que se tiene es el más sabio acto, pues de los otros
acaso lograrás, y solo acaso, más
y más
coitos aislados de lo malaloliente, atenebrado, sucio
                              (o quería decir, en verdad os digo,
                                                    mierda).

De delante hacia atrás.

Deprisa y de recuerdo a piel,/
carreteras secundarias a los ortos de otra vida,/
cabos y tierras que se acaban, océanos fríos, niños que reían, la vuelta/
al cálido verano del Norte de lo que era.../
mintió, cobarde, leso, el que dijo que no podremos retornar allá donde fuimos felices/
o al menos ese esteta del palabro no te tenía a su lado./

sábado, 7 de julio de 2012

Clítoris.

Clitorianas voces
descienden desde mis manos,
abierto en surcos, como gajos, el verso
manchando la túnica de las negras monjas
de mi pubis.

Consolator.

Dice Freud que no he superado mi etapa sádico-anal,/
como niña contra sus heces, me insisto,/
me penetro,/
me descubro,/
agujeros, simas contra la mayor obscuridad, el receptor hueco, mohoso, de mis dedos,/
y dice Freud que mi sucio padre es el culpable de estos placeres de nena guarra que ahora me trae la tarde,/
pero Freud era un judío que no sabía de mis dobles/
aminículos de profundo/
cárnico/
látex.

miércoles, 4 de julio de 2012

Mis nombres.

Yo me llamo pérdida,
mi libro de familia es una cuaderna negra,
yo me apellido loco, perturbado, pastillero de farmacia,
yo me nombro y no me reconozco, yo me llamo fracaso, yo no,
yo no
me llamo
               amor.

Otras voces quisiera que fueran las mías, pero mi noche se llama olvido,
mi día se llama odio, batalla contra (¿contra quién?), guardia y guarida,
por eso mi nombre es vino, es ángel caído acodado en un bar,
y me llamo mar lejana, y me dicen señoría, y creo que mi apellido es mierda,
y al menos todo eso sé yo.

¿Cuál será, decidme, vuestro nombre?
¿Quién sereís hoy, cuando caigan de cuajo
al viento sucio de este Sur
                                         nuestros abrazos?

sábado, 23 de junio de 2012

Loch Ness.

El año 1992 tuvo algo de irónico... perdí mis estaciones, desde el curso pasado, en Cabo de Palos, huyendo del hombre, del ser humano madrileño que me había violado tras tanto divagar por las universidades pontificias. Mientras eran grandes en España y sus fastos, mi cordura mental se perdió en el intento de meter en mi cabeza los cartularios de Carperi para ser JUEZ, algo que yo entonces creía que era algo que se conseguía con los libros.

Perdieron los buenos, como siempre... los veraneantes, un año después, derrotaron a la soledad del los patos de la migra y de las tortugas de mi invierno solo y bañista... me descentraron, me hicieron dejar los libros, sus coños fueron álgidos, y sólo le quedó a mi ser Escocia y sus Highands.

Y un amigo, sí... Gregorio, cómo te quiero, como soportaste mi ser ese mes de escape de Absolom y lo reconstruieste a lo que ahora es... mi Autobianchi Y10 llegó a casi matarnos en la orilla del Lago Ness, ¿recuerdas?. Salimos bebidos del Youth Hostel, al menos yo, y conducimos, hasta esa fatídica curva al lado del lago y de su castillo costero semiderruído, por la derecha, hasta topar de frente con el Audi de ese escocés que nunca supimos si era tartamudo o le dejamos tal... te despediste antes de la muerte, Gregorio, con un último grito, y un último volantazo pudo permitir que la historia tuviere otro final, que arrastró nuestro coche destrozado cin chapas ni ruedas de repuesto hasta la tierra del puto IRA e Irlanda tras recorrer, motocarro estragado, la tierra entera de los McClow.

Era al lado, a diez metros, de la orilla donde el único monstruo que habitaba era yo, y un amigo me demostró lo que es la amistad. Este pasado domingo, mi querido Gregorio, vivimos solo un poquillo, tú rey y reo de tus realidades, yo esclavo y señorío de las mías, al lado de las que amamos... y fuimos los monstruos de ese exquisito pelirrojo, viejos ya, sabios quizás no tanto, de nuevo, a bordo de nuestro navío sin asegurar por la borda contraria al crujir de los vientos.

Loch Ness. A ti, mi querido amigo.

PD: Ojo al dolor de las guitarras, 6:25 a 10:24, y al silencio subsiguiente. La palabra, Loli, es sublime.

http://www.youtube.com/watch?v=PkZDS_fsIBU&feature=related

viernes, 1 de junio de 2012

De poetas e incluso de seres humanos.

De casi nada de lo oído me ha quedado ni el sonido,
de los pasos pasados y las guerras presentes solamente puedo rogar un armisticio,
mi bandera blanca tras los límites de los años desolados,
y sé, eso sí, que todos tenéis las mismas escaras de nuestro trotarnos sin siquiera herraduras,
de este abrazarnos y libarnos y querer comernos el sexo apoyados en los váteres de tantos bares,
y, sin embargo, sigo riendo y queriéndoos, y seguiré olvidando
que los hermanos se mataron por las lindes de la herencia y porque desean la miel vaginal de sus cuñadas,
por ello habrá que seguir bogando,
tendremos que unir nuestras manos en la barca de Medusa, que la playa se acerca,
poetas, legos, falsos, la sífilis yacente tras las bellas metáforas de la larga
lengua
          del áspid.

jueves, 31 de mayo de 2012

Cuaderno de Viajes.


Esta noche me pides que te hable de un viaje, 
de la procesión de pies de muertos que (no me mientas) bien sabes que no lleva a ninguna parte,
queréis que os diga que en el mudar estará nuestra respuesta, la simetría de los instrumentos afinados,
el saber que ocupe todo nuestro lugar,
y así, zarpazos y fronteras contra hímenes, huiremos, aviones tercos, seco betún de las botas del peregrino,
barcos llenos de ataúdes sin remite,
y no, desde luego que no, no pienso ya que un viaje sirva sino para extender el ámbar negro
de la desolación...

Hoy prefiero la envoltura fácil, la cáscara, el caparazón de mi mutismo lleno de escamas,
la tana aterrada de los últimos pulpos del invierno,
la continencia de las mismas paredes y los únicos deseos, de los lazos que he comprado con tantas estaciones 
                                                                    de ilusiones
                                                                                        defloradas,
pues recorriendo tierras he visto que somos hermanos, sí, bastardos de una misma madre,
repentinos soñadores de la rabia y el ego, negros, blancos, hienas a la postre,
esforzados lameculos que no conocen otras lenguas que las que se llenan de mierda,
y aquí y allá, cambiamos las banderas y nos follamos al amor del nuevo vecino en cada sucio motel,
o sodomizamos a sus hijas con esa mente que las saluda a la mañana mientras las penetra al sueño,
y queréis que viaje, que cree otro monstruo en otro lugar, que mis espetones
se vuelvan a adueñar del sufrimiento de otros incautos habitantes de mis seres...

Aún recuerdo Albany, mas lo único albo del Mayflower de los no-muertos era la lefa en la cara de sus adolescentes,
fiestas del alcohol prohibido y la carne regalada mientras mañana las misas puritanas se llenaban de labios carminados,
y no he olvidado mis veranos en Escocia, las Highlands donde mostré al Royal Mail cúan escoria es mi palabra de amante,
la cartera descarriaba cada día dos sobres con los mismos versos a musas bien distintas,
John O'Groats era el cabo del miedo a la decencia, y el whisky de malta no era consuelo para mis idiomas indebidos,
Creta me demostró que los minotauros son cándidas balizas contra la tempestad del matrimonio errado, y en Venecia
le conté a un gondolero que el único aniversario que me empalmaba era el del mortuorio de la Isla de San Miiguel,
y cuento en vano, a todos los lugares me llevé a mí mismo, en Montreal mis olimpiadas del frío
se estrellaron con los labios mayores de esa rubia que me quería (o eso decía),
en Yugoslavia pasamos veintidós horas entre las orines rebosantes de ese puto tren mientras nuestro compartimento
era el terreno de juego de ese cerdo revisor y sus licuosas lolitas de Zagreb,
y mientras escuchaba los lamentos de siglos pasados de los miles de asesinados en la Oreja de Dionisio eran mi única atención las tetas
                                                                  c                               s
                                                                     i                         e
                                                                       m                  t
                                                                          b             n
                                                                             r       a
                                                                                 e 
de aquella elfa guarra de Siracusa con la que cené mentiras y Cialis a la luz del vino de la Isla de Ortigia,                                                                                
y he acabado viajando hacia abajo, de profundis, allá, a los metros cuarenta y nueve del Sirio muerto en la Isla Hormiga,
mi último más hermoso y sucesivo singlar, allá donde al menos no podemos ser siquiera humanos,
no puedo hablar ni escupir tanto robín ni salirme del neopreno que por fin me contiene, ni darle por culo a los meros
ni a las corvinas,
y respiro aire de azul casi negro y por fin no puedo hacer daño a madie...

No veo, pues, que estas cuadernas sigan teniendo una legítima derrota, in veritas,
no creo que saliendo de mí encuentre menos hiel podrida que dentro de mi sarta de falacias,
prefiero descubrir hacia dentro, hacia la sima mariana de mi inseguridad,
de mi dolor tras conocer y seguir sabiendo,
y esperar acaso, desear bajo el óxido de los pecios de la muerte
la mano de Mitra que rescate mis huesos del fondo del asco que me siento,
la casualidad que me abra una roncha en su carne, un lienzo para volver a clavar
nuestras siempre alertas
dagas.

(Y sí, te curaré, te mimaré tras ello).

martes, 24 de abril de 2012

Cabo de Gata.

De las muchas cosas que hubiere tenido de decirte/
allá donde rompían las aguas y los barcos avejados desgranaban los
raíles oxidados,/
en el reino de la boria de otros cabos y del gazpacho blanqueado de la sal/
abandonada de los años,/
quizás me faltó admitirte que mi cuerpo fofo suspira ahora como un laúd
recién afinado,/
que mi polla inerme se torna arrecife incierto contra mis propias medusas,/
y creo que no te conté que guardo la esencia de tus risas en capazos de cemento/
de fragua, de brutal fragua de barrotes arrancados,/
que, casi sin nombrarlo y desde luego temiéndolo, tomé tan feliz esa
senda del barranco y la noche,/
ese camino estrecho de cañas afiladas y baluartes fantasmas,/
que embarranqué mi Toyota en el mejor derrotero que nunca tomó este
ciego errante,/
y que bebí, vampiro ebrio, de tu lágrima aterrada, de tu abrazo,/
del doom metal que me recordaba que tras la cortina del infierno/
esperaba para darme su perdón, con sus flechas de aloe vera,/
mi última Desdémona.

miércoles, 18 de abril de 2012

Sin.

La experiencia demuestra que puedo vivir sin ti,
las albas que se suceden, y tú no estás,
la verdad vierte su esencia espesa, y puedo abrazarme a mi propio metal, y hallarme
en el señuelo de otros brazos y en el sueño de otras gárgolas,
sí, soy libre, no te necesito,
como hay cascadas secas de huevos hueros, tantas nadas cordiales,
como las horas que no tienen más que un nombre que braman las paredes
                                              amordazadas,
sí, me soy suficiente, pleno,
rorcual en el azul que tú haces púrpura, falso fruto
como los caquis de la calle Cuatro Santos, antaño, cuando los esponsales tenían
                                        tal cual hoy, sin ti, en mi coraza de añicos,
el sabor a mentira del engreído
                                                invernadero.

martes, 10 de abril de 2012

Jardín de la Pólvora (Bando de la Huerta).

Mentiras, putas mentiras...
(joder, siempre digo "puta" en mis no-versos)...

Adolescentes/as, lenguaje correcto, coños y espigas, pollas y cuevas,
no puedo sino buscar a mis hijos entre las huestes de la verdad, la única verdad en medio de la maldita Murcia,
no os encuentro, hijos, pues he vagado por las calles, entre mis adultos, conmigo acaso,
y reís, zaragüeles, o cómo coño se diga, tumbas abiertas,
banderos y lanceros vienen a ser la misma sed, el orgasmo del alcohol y la braga refinada,
mentiras, tremendas mentiras,
no será el zarangollo quien os exima, había otro camino, sí, lo había,
la torcida y espinosa senda de la presencia que a nadie agrada,
el color negro de las huertas cuando llega el mochuelo y su predicción mortal,
beberé, vinos blancos de la tierra de Castilla, podridas uvas para paladares tan finos, puercos
hedonistas, lesos simuladores, calles en estampida, sólo (que te follen, Academia) los chinos resisten
en esta tierra extraña de mi primera vez, de mi virginidad mancillada,
y en medio la ira de los claveles blancos,
la savia guarra del extranjero, moros, negros, sudacas, llamadles por su nombre, racistas, pero... Jardín
                                                                  de la Pólvora,
todos juntos, todos hermanados por el olor del sexo cierto, sin color, sin sabor al margen del último estallido,
y pasar al Teatro Romea, negros que somos solos para los noruegos que se reirían de nuestra sangre sucia,
                                            (¡¡¡¡Harry se está gachando a todo Howards!!!)
pìjos de la ropa heavy y las crestas (God Save The Queen) en medio de los huertanos que hoy sí te dicen,
abominatio, mirad más allá, en la mesa rondan los súcubos que hacen de vuestras habas su cobijo,
el amor se cerró en banda como el arroz a la siesta,
y borrachos lodos,
borrachos,
                  ebrios hermanos de Eolo, del Leveche frío y agrio,
me voy...

mis ojos han visto lo que querían (y me han vendido),
soy un saco de mierda en medio de la gloria,
bellotas como perlas negras, sí, para mi boca, para la boca
de los cerdos
                    litorales.

domingo, 8 de abril de 2012

Stigmata.

Cristo habrá resucitado, mas nos quedan los estigmas...
Señalados por nuestras ropas obscuras y nuestros largos cabellos, insultados
en las procesiones de la blanca mascarada cartagenera,
distinguidos por una vida fuera del camino que osa en el bosque, por una senda que nos lleva
lejos de aquellos que nos dijeron que nos querrían
                                                                             siempre,
sí, manos y piernas lanceadas por el seguir sintiendo que las piedras sepulcrales no se apartarán,
tus estigmas, mis estorbos, la maldición de saberse diferente y rondar las pisadas de los lobos,
la fusta romana en las miradas de los putos pijos que me ríen porque soy un jodido juez
o cuando no lo saben me echan de sus restaurantes porque hay Satán en mis manos y dolor en mis labios,
y entonces lo veo...
Cristo ha resucitado,
la Salve Cartagenera nos agolpa, nos hermana en esta hermosa impostura, pero no acierto a cantar...
vos no me daréis la mano al cruzar el umbral,
me despreciaréis, me diréis loco, el desequilibrado, el pastillero, el débil depresivo,
la caridad será vuestra última palabra antes de rematar con dagas nuestras certezas,
os mofaréis de maricones, de moros, de pobres, de perro-flautas sin otro vestir que su enorme corazón,
y seguiréis siendo los señores de los estigmas, y todo será igual,
me reuniré en las calas nocturnas con mis iguales,
me emborracharé en las barras de las palabras con mis mejores,
me empalmaré cuando una guitarra me cuente el secreto del cieno de los hombres,
sangraremos, y Cristo habrá resucitado, y le mostraremos
delante de toda esta sociedad de mierda
la sabia permanencia de sus últimas heridas.

miércoles, 21 de marzo de 2012

The Last In Line.

Siempre hay un pasado, y siempre duele,
acecha entre los platos de salmón y las patatas cocidas y aterradas,
vuelve y grita que nada de lo de antes nos ha dejado de destruir,
esta noche tengo en las manos abiertas tantos fotogramas de la felicidad,
tengo en los ojos tantos rastros de los hamsters que he matado a pollazos y me he comido,
tengo tanto miedo que concluyo, fallo, y seamos sensatos,
rindamos, entreguemos, los pendones,
arriemos las velas, las de tu Halloween, las de las últimas naos que fingieron su babor oxidado,
pidamos perdón...

Nunca seré suficiente, y he de decíroslo,
los galones del hoy serán medallas de deserción mañana,
la última leche que cuajó en mi sexo fue la de Blanquita al embate de Pedro,
un señor de Madrid ha venido ha robarme mi última puerta de salida,
                                      (ay, era para nosotros esa otra vida)
y entre todo eso que nada os significa he vuelto a saborear las lágrimas sobre el volante,
pues (Meat Loaf) los objetos en el espejo retrovisor pueden parecer más cerca de lo que están,
y muchas me han dicho que me amaban, y su amor han sido al final los vientos,
las gaviotas que depredan los huevos del postrero verano,
los bancos vacíos de la veintena de septiembre,
y no podré serte bastante...

Hay demonios que es mejor dejar dentro de sus poseídos, 
hay tonadas que siempre serán lastres funerarios,
no debí, no, entregarte al terror de los Grateful Dead, al fin y al cabo
soy sólo, apenas, una ilusión de vino blanco, un castillo de tarots que ya avezaron
del
     solitario
                 camino
                            del que seguirá bailando
                                                             (entre cientos que tocan sus guitarras)
a la armónica del oso viejo del zíngaro.

Segundo premio, sí,
el último en llegar, el último en saberlo.

(Larga, ancha, negra, sea la mar).

miércoles, 8 de febrero de 2012

Digamos blanco.

O cómo escribir con la sonrisa,
o de qué manera tener palabras cuando el corazón se divide, se agrieta en dos,
se ignora en nombres y alabardas (hasta ha tanto como el ayer) ignoradas, o cómo no mentir, cómo,
si no tengo, no, la consuetudinaria ambición por eso que llaman felicidad, y cómo, cómo
cantarla.

Látigos y culebras (esos labios tensos de la lefa) me han parecido tan bellos elementos constructivos,
a mí y a todos vos (jodidos farsantes), de argollas y clítoris anillados hemos edificado estas chavolas
que llamamos meses,
                                poetas, bares,
quiebros de columnas cervicales, podrida mielina hacia la hermosa muerte,
yo y yo de adobe negro siempre recubiertos, versos, falacias, cerraduras oxidadas ante la promesa
                                                          rota
del verano.

De todo eso hemos narrado, dedos llenos de mierda, muecas de orgullo ante el segundo altar de Sartre,
y de pronto querer que la cal se torne blanca, que los pulpos solitarios al tacto de otra mujer y otras sábanas
                                                          pierdan sus ventosas,
que hasta los cuervos que anuncian el frío miren con algo que no sea el horror de Conrad,
quisiera, sí, quisiera, perdonarme, colgar arpones, levar anclas, pero todo,
todo este retornar de Tarots como papel couché de los relojes que tanto he pisoteado,
toda esta declaración de obra nueva en ramas sin espinas,
esta inmensa deuda que me quiero saldar en unos ojos y un erial que llaman esperanza,
todo se me antoja demasiado...
                                               (pero que se mueran, que se vuelvan, los cobardes).