Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

viernes, 23 de noviembre de 2012

Quince minutos.

La vida me ha dado quince minutos,
unos minutos fuera del tiempo ordinario del reloj y el hombre,
un respiro fugaz de sentencias y deberes parentales,
quince minutos para observar y, acaso, a lo peor, ver.

Quince minutos son todo lo que tengo,
guitarras afiladas como poteras que muerdo, minutos de agonía al pensar,
al parar y respirar, de pronto rodeado, documentos,
propágulos que precisan dinero y ropas y, a lo peor de nuevo, amor,
directrices que he seguido en protocolos que he firmado, quince minutos,
y qué hacer, dime, jodido Dios, qué hacer,
dame parches obligados, dame creencias profundas,
que yo crea que cuando me levanto es porque siempre lo voy a conseguir,
que yo sienta que al obrar creo, mejoro, produzco la risa y la calma ventisca,
qué hacer, quince minutos, antes de coger el puto coche y lanzarme al mundo,
aprisa,
con los Dog's D'Amour invitándome a otra no-noche de no-copas y no-coños,
con el terror de fallar a tantos que se me ha agotado el cántaro,
mi cántaro,
antes de beber de sus ciénagas o
de sus aguas...

Sí, quince minutos inmundos, la vida llama al teléfono y dice que me retrase quince minutos,
y yo de veras quiero mandarla a tomar por culo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario