Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

miércoles, 21 de marzo de 2012

The Last In Line.

Siempre hay un pasado, y siempre duele,
acecha entre los platos de salmón y las patatas cocidas y aterradas,
vuelve y grita que nada de lo de antes nos ha dejado de destruir,
esta noche tengo en las manos abiertas tantos fotogramas de la felicidad,
tengo en los ojos tantos rastros de los hamsters que he matado a pollazos y me he comido,
tengo tanto miedo que concluyo, fallo, y seamos sensatos,
rindamos, entreguemos, los pendones,
arriemos las velas, las de tu Halloween, las de las últimas naos que fingieron su babor oxidado,
pidamos perdón...

Nunca seré suficiente, y he de decíroslo,
los galones del hoy serán medallas de deserción mañana,
la última leche que cuajó en mi sexo fue la de Blanquita al embate de Pedro,
un señor de Madrid ha venido ha robarme mi última puerta de salida,
                                      (ay, era para nosotros esa otra vida)
y entre todo eso que nada os significa he vuelto a saborear las lágrimas sobre el volante,
pues (Meat Loaf) los objetos en el espejo retrovisor pueden parecer más cerca de lo que están,
y muchas me han dicho que me amaban, y su amor han sido al final los vientos,
las gaviotas que depredan los huevos del postrero verano,
los bancos vacíos de la veintena de septiembre,
y no podré serte bastante...

Hay demonios que es mejor dejar dentro de sus poseídos, 
hay tonadas que siempre serán lastres funerarios,
no debí, no, entregarte al terror de los Grateful Dead, al fin y al cabo
soy sólo, apenas, una ilusión de vino blanco, un castillo de tarots que ya avezaron
del
     solitario
                 camino
                            del que seguirá bailando
                                                             (entre cientos que tocan sus guitarras)
a la armónica del oso viejo del zíngaro.

Segundo premio, sí,
el último en llegar, el último en saberlo.

(Larga, ancha, negra, sea la mar).

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