Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

viernes, 23 de diciembre de 2011

Negra Navidad.

No creo...
No creo que nadie naciera en un portal,
ni siquiera se me antoja que ningún mago borracho viera una estrella fugaz,
no puedo creer que unos pastores hicieran otra cosa que cagarse en la noche fría de sus señoritos
                                       (y, si acaso, follarse a sus ovejas),
no creo que el invierno pariera dioses, ni que hubiera sino odio en el alma de los hombres,
no, lo siento, y me temo
que los fariseos simplemente han cambiado túnicas por sotanas,
que las luces y las bolas purpurinas solo ocultan rabias secas,
que queremos, deseamos, pero somos los Herodes de los nuestros,
y no creo, no creo, que nada tengamos que celebrar.

Acaso que alguien se va a atrever a decir un "te amo" (malditas palabras),
acaso que alguien mentirá mientras afila la lija de su sexo,
acaso que, como cada perro, nos lamemos el cipote mientras el otro resbala, acantilado,
acaso que al caer del vino descubriremos que valemos lo que rompemos,
o acaso nada...
felicidad, sí, nuestro deseo de papel de envolver (y mientras no nos jodan),
mientras no me pidas que alargue la mano o te abra mi carne repartida,
fiestas, sí, la del semen que anhela el secar de las lágrimas para encerar las caras,
escorrentías de limas falsas que abrirán las celdas donde debimos quedarnos, reos
inanes,
condenados ya a vagar sin entender, mientras de sonrisas
desdentadas
cargamos las alitas sucias, cuadernos emplumados de derrota,
de tanto ángel
caído.

martes, 30 de agosto de 2011

Kaos.

He tratado de evitarlo, pero en vano.
Vivo en este bajo-G, y todo me termina pareciendo tan anómalo,
tan accidental,
de mis radas y mis lajas isleñas a este erial de ladrillos y torrenteras, al interior,
sí, vivo en la jodida Avenida de Cabo de Palos, Altorreal,
el alea me trajo aquí, donde en la noche sólo escucho a los grillos, y aquí me ahogo,
y conozco a personas, y río a los vinos, y estoy hasta la polla de ir mendigando la amistad
                                                     por tantas carreteras, por pueblos tales hitos cansinos a mis ruedas,
muchas gentes, versos falsos, piscinas donde los ojos otean coños, 
y mis hijos vienen a veces a contemplar las pavesas del gran hombre que no lo fue,
sin que nada tenga más explicación que el que simplemente ha ocurrido,
sin que sea mi vida o vuestra imagen distinta a la del graffiti que no eligió su pared o la herrumbe de su vagón,
y estoy hasta los huevos,
no hay porqué,
sólo estamos aquí,
sólo estoy solo como una canción aleatoria del Spotify de las venas y los dientes,
y os iréis,
dejaréis de lado los nombres cuando mi coche no llegue a vuestras latitudes,
y será el olvido, el Kaos como el orgasmo, los párpados que se cierran al son inquieto
de otra
                                                   última
                                                            noche.

sábado, 13 de agosto de 2011

Cefalú.


A ratos todo esto es mentira,
a ratos sueltos la soledad que cierra mi sombra me pesa, puede como chepa y diente al polvo,
sí, hay veces que puedo huir miles de millas pero me han seguido,
                                                                                              me habéis permanecido,
en lenguas extranjeras, costumbres ajenas, sucios puertos añejos, acá esa soledad es océana,
ha ido cantando por las bocas de los magres hasta sus primos italianos,
y en estas familias lejanas se ha regurgitado, ha llorado su vómito sobre mis pies de lava helada,
porque valgo menos de lo que parezco,
porque parezco aún menos de lo que creo ser,
porque soy incluso mucho más pequeño que mi reflejo,
mi imagen de anillos macarras y de pelos largos sobre el aceite que desaguan las barcas de Ognina,
porque mi reflejo es sólo un momento en una calle estrecha de souvenirs y risas lavatorias,
                                                          y ya se ha ido,
y es cuando entonces sólo mi soledad se torna mía, cuando los gelatos sacan sirlas al pantocrátor,
cuando el andiamo siciliano se descompone, los amigos, los amantes, los esposos y sus hijas de seda
                                                                 me desiertan
en estas calles de tabacchinis, de tratorias, de hermosas ropas tendidas, manteles tales toldos y colores
y quiero irme de mí mismo,
quiero dejarme de lado, quiero no ser yo, quiero reír mas no sé reír sólo, quiero volar pero soy argolla,
y acaso quedará, por Crom,
mi figura en un ciber-café lloviendo sobre las teclas que me alcanzan la voz de Porcupine Tree.


                                                 (Cooooooollaaaaapse the Light into Earth)

miércoles, 20 de julio de 2011

Tras lo más sombrio del lejano territorio.

Ya sabes que habrá otra vez y que morderé el polvo...
habitante del flojo eslabón, de la sed nocturna, allá donde la soledad empapa las paredes,
el semen se almacena y los ojos buscan la mano que ya se rasgó contra todos los quicios,
y de qué sirve...

Volviste a demostrar tu pre-eminencia, loba de red y aliento a vieja,
tu frescura en la derrota de todo lo que puse a tu alcance, reina empeñada
en tu tierra del óxido, la vencedora caléndula
del robín, siempre alerta, siempre royendo el negror de los meses del frío,
fuiste de nuevo tú, la mujer, la lanza que hace de los clítoris tan angrelados
                                              territorios,
y volveré, tornará mi clavo sucio, mi lengua comedora de otros coños,
arengaré a mi ejército contra tus ortos, pues Asgard ha de morir, y en tu siembra de fémina
quedará sólo la dudosa miel de la más escogida
                                                mandrágula.

viernes, 24 de junio de 2011

Firmeza.

Se han cerrado los caños de nuestras ideas,
hoy me han confirmado que ningún recurso puede evitar la verdad, lozas arriba
pues, cerámicas al cielo para aplastarse contra el viento lego,
hoy me callo, hoy soy un seco arroyo en el odio a mí mismo,
yo no lo conseguí,
nadie escuchó lo que oyeron mis oídos,
nadie sabe del terror de entonaciones y ristras de ajos,
sellos de firmeza, certeza oficial, non bis in idem...
poco, pascuas de capirotes perdidos mientras procesaba tu voz, tu risa, tus telefonemas,
todo en balde, balde de flores muertas para las no-tumbas y las no-sentencias,
debo absolver y absuelvo, debo callar y callo, retén de agua dolorosa contra
                                                                  cinco
                                                                          dedos
                                                                                   cruzados.

sábado, 7 de mayo de 2011

Inocente.

De lo escrito antes sólo quede el negro de lo antaño,
sentencia firme es losa tal guitarra callada a su quejío estridente,
respeto, acato, y la miel se me torna abeja,
compartir es más de lo que sueña tanto sudor insomne.

(poemario anterior suprimido -ya sólo hábil para interesados-, por respecto a la reciente firmeza de una resolución judicial).

martes, 19 de abril de 2011

Martes de Pasión.

Hay ratos que creo que mi madre me ha engañado...
mi madre me dijo que Dios era bueno, noble ración de sonrisa del infante,
mas a ratos creo que un japonés que cosía su velamen vio a Dios en lo alto de una ola de quince metros,
creo que un español sodomizó a una gallina y murió aplastado por el corral,
veo niños engullidos por los fangos de la inundación de las aguas de Dios, brazo alto al ahogo, agua sucia,
y todo se me antoja como si a veces Dios fuere un auténtico hijo de puta,
un Crom, un Odín, un Zeus, una polla en el culo de un triste, lloroso, monaguillo,
y siento las espinas, pues entonces creo que mi madre me ha engañado,
siento los pianos desafinados por unas manos que no siempre son humanas,
y otros ratos siento que mi alma de cerdo samaritano consentido baila en las bodas del mal y de la hez,
y grito, canto con mi garganta seca de vino amargo, me hundo en mis mares en busca de alguien,
de algo,
porque en los ojos de violadores y asesinos he encontrado los cuernos y los rabos, y el azufre,

porque mi madre no puede ser una jodida farsante,
porque sería como un jinjol del frío Enero que la única prueba de Dios fuera nuestro Belzebub,
pero hasta en los ojos de la mujer hermosa no veo nada,
hasta en los coños más deseados sólo huelo mi anhelo,
hasta en las cruces de las iglesias se me antoja que hay más cenizas de inciensos acres que esperanzas,
y debajo de la mar sólo hay muerte,
y mi madre, hasta mi madre, sabe que Leónicas y sus trescientos eran sólo unos gilipollas.

domingo, 27 de marzo de 2011

Lo Cuadros (convivencia salesiana).

Otra vez...
Al llegar la convivencia sólo conviví conmigo,
pasos de procesión pagana, penitente de marmóleas sonrisas,
y me hago suavemente poco, y me disuelvo, receloso
testigo de tanta ausente presencia,
y huir, y correr, y gritar.

Recuerdo de pronto que no compré las putas pilas AA,
tan sencillo hubiere sido al pasar de galletas y zumos,
como madre soltera me olvidé de los orgasmos, y tal rapaz
es el tiempo, arena toda
extendida en los velorios presuntos de la prevaricación administrativa,
y compruebo que en mi morar sigue oliendo a ti,
que varados los cítricos efluvios de mi dosificador
(esas dos putas pilas AA, hadas de pomelo para mi hogar-despacho,
catas agrias, levas de naranjo, huertos funerales,
tardes de primavera de mi cama-sarcófago, sueños húmedos)
sigue un olor a sal vieja en los documentos penales, en las postales de mi antaño amante,
y entre este lamento voltaico sigo aquí,
regalando mi apariencia al labio y la impostura,
repostero empeñado en el cuajar del desamor,
queriendo lo que no tengo y teniendo lo que no quiero, y no quiero
nunca, hostia, nunca más
quererte,
mercaderes del vino y la Viagra,
almoneda de las pollas que quedaron al pairo
de tus derivas.

sábado, 19 de marzo de 2011

Filandera.

"A ver cómo escribe un juez heavy..."

Un juez heavy no escribe, no,

un juez heavy no existe, no puede,
sabes bien que navegamos entre los colores, tú misma
ya elegiste mal las telas, y somos de la ausencia del Levante
y sobre ella construimos, misérrimos, nuestra verdad.

Pocas sincronías para tanto diapasón, yo vivo
y es bastante, frente a la vena cierta y el filo álfil,
dímelo tú, pues, cómo escribe un ser que llora,
cómo llora un ser que sigue, cómo sigue un mar que
gota
         a
            gota
no tiene otra marea que el secarse en la herrumbe.

viernes, 4 de marzo de 2011

Hoy.

Quiero cambiar.
No quiero ser yo.
La tristeza que no sea mi vereda.
Sabor agrio que salga de mis dedos.

Quiero correr.
Kilómetros hacia el Norte en mi coche de alfileres.
Escuchar esos gritos, los de las guitarras, los del extraño habitante.
Volar, subir, estamparse contra la verdad.

Dejadame, por favor.
Debo huir, quiero mudar mis dientes por piedras,
no sentir, dejadme, rendir mis banderas,
vacío, quedar hueco, loas del ciego, cantos al sordo.

Otro, sí.
Un nuevo áspid para el campo helado.
Ni nombres ni lágrimas,
barlovar a la boria, blanca, nívea
                                                 (o muerta).

viernes, 25 de febrero de 2011

Habrá (improvisación y estudio).

Volverán banderas,
volverán gaviotas, el mastral será el rey de tantos ojos,
no tengo miedo, tornarán las notas del dolor del siempre, adocenado, ataviado de jarrones,
limpios de flores nuevas, anegados por las muertas cúspides de mi antaña ofrenda.
Mientras tanto
sólo estandartes,
sólo cielos solos, sólo la calma muerta del volante sobre el que me empeño,
meanwhile, yes, mutatis mutandi
sólo cuarteles de invierno, y pieles cárdenas, y ojos caídos, ángeles
de la espontánea
y terrible
coyuntura de los garfios que, unívocos, cerebelan tu presencia
omnipresente.
Mas volerán banderas, volverán,
en los muros sucios de las cuidades y en las pollas
lentas
de la vida que se hace.

viernes, 18 de febrero de 2011

Luna llena.

Cómo te atreves a mirarme a través de la ventana...
Tu solsticio anterior quizás me vio con otra, sí, pero quién coño eres,
puta luna llena, para traerme la pizarra de los erros y las prisas,
quién te ha dicho que algún día fui sincero,
cómo separas la siembra de la paja,
quién te ha hecho galana de esta noche, quién te otorga el derecho a mensurarme,
si ahora yazco en otros brazos, si ahora anhelo otras sonrisas...
Tú sigues arriba, a ti no te importamos, tú no me conoces...
sólo sobreviviendo, y con tu jodida corola
amarrada a mis colchas, asertada contra heridas, redundante
en la inopia del huirte, del escapar
de la sierpe.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Sólo palabras.

Que me dejaste además de unas palabras.../


Tus putas palabras cultoides en el arrabio de mi libreta,
tus arquitrabes y arquivoltas sin las que tan feliz había vivido pensándome que en mí estaba mi propio ábaco,/
tus labios angrelados de sibila opaca, tus palabras de mujer tardía,/
qué poco me ha quedado de ti tras la caída de los mitones funerarios,/
cómo me duele el alfabeto, cómo rabio en la nieve/
del ácimo diccionario de tu febrero...

Mudo ahora en el contemplar de los teléfonos, en la calma seca del correo electrónico,/
mi senda de esperanza ennegrecida, mi seguir como la zupia zafia/
de esos postreros vinos que daban brillo a tus ojos/
fraudulentos.

viernes, 28 de enero de 2011

El beso.

No rozar, tocar pero ensuciar,


no sentir, reir pero perder,

cada lenta hora que vivimos debajo de las notas del péndulo

tal la caída y la yedra que invaden los últimos

faros

de las presencias.

Salta, pues, al vacío de las inexistencias,
a los hoteles poblados de la sílfide violada,

de la colcha fracasada,

regalo palabras mas sólo cubro nuestras vías de agua,

el sentido es un arcano que ni siquiera

concedo

a tus labios.

lunes, 24 de enero de 2011

¿Y ahora qué? (Lorquí)

No alcanzo a verte más allá.
¿Qué será de nosotros, cuando ya hemos quemado todas las palabras?...
Mira mis manos,
vacías de todo lo que no sean balanzas y tremendas percusiones,
¿qué te daré cuando las olas se te antojen una líquida y monocorde recidiva,
de dónde vendrán las zarzas que nos dañen para hacernos libres del lodo
                                            de los días tras días?
De los pianos ya no llorarán más notas,
los vientos ya no reinarán tras las solitarias puertas,
los bancos húmedos ya no recogerán siquiera las miradas,
pues en mis brazales ningún curso es eterno,
porque ni vosotros podéis jugar al escondite en este cementerio de calles panteonales,
y de nuevo un violín será el segundo nombre de la tristeza, y una fotografía
la estampa de la derrota incrustada sobre la cal viva,
viva como el único triunfo en estos campos de estas todas las batallas perdidas...
Ved, sí, ved mis pies,
mi caminar y vuestra ira en una sola cadencia de flores ajadas,
contad los números del tiempo lacio, recogeros al polvo
en las últimas ropas del olvido y el sueño,
nada será siquiera nada, ni un soplo, ni un suspiro,
¿y qué os daré ahora que entiendo el alto silencio
                                                           obscuro
de todas nuestras últimas pútridas voluntades?

sábado, 22 de enero de 2011

Materiales.

De este ábaco de las importancias relativas estoy más que hastiado,
y aún lo recuerdo, mis sucias melenas escobando las plazas de Madrid,
los temas trescientos contra los griegos de la oral hora y media,
el horror del opositor a orko capador de almas,
y ese mismo ábaco, esas tablas del tiempo necesario y del minuto prescindible,
mas por ello no lo entiendo...
Pues entonces las horas medias nunca faltaron entre las iglesias y los vinos,
cuando la señal de la relevancia no eran el tálamo ni los ágapes,
mas para hoy preterido, sí, rezagado, días sin nadie y días sin mí,
si largo ha aprendí que quien te abraza te habrá de abrasar
cómo
          de nuevo
                          aquí,
sí, de estas palangrosas semanas creeré sacar la rasante de mi sola presencia,
ni estructuras ni aceros contra el cobalto que corree todas las casas cerradas,
ni hormigón ni construcciones, cal y canto,
sólo, ni una silla ni una sonrisa, parcas al reloj pero hambrientas a las quimeras recién nacientes,
solamente sólo, pues hay pasos prohibidos, porque hay prioridades, por supuesto,
                                (entiéndelo, la lógica existente y tu tarada cerviz)
súcubo, negro de otros vívidos pecados, escoria, mierda de tus sienes, compréndelo,
egoísta madero que desecha la palabra, ante el horror que casi anhela el silencio
de sal marina
de los teléfonos.