Company of Wolves

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Bark at the Moon

miércoles, 3 de julio de 2013

No estuve allí.

Yo no estuve allí...

Cuando las chicas guiris me besaban en las sábanas del boludo, era otro el de esos labios,
cuando en la mugre de las estaciones de tren dormía un insomne mochilero,
cuando en las Highlands me perdía entre cabos negros y valles helados, ojalá,
ojalá hubiera sido yo el que remara en mis botes, el que se tatuaba esos brazos de insegura tierra.

Ese era otro, y quizás cada albor nos nace otro jodido ser que ya no nos tiene ni nos quiere,
hoy por hoy me pregunto quién de nosotros puede ya reconocernos,
yo quería ser quien a los demás hiciera sólo el bien, yo quería
contar por derrotas las fétidas avalanchas de quien osara el daño y la impudicia,
yo era un cretino, y ahora quizás no lo soy,
y ciertamente miro atrás y yo no estuve allí, yo no levanté esas pesas ni cedí mis blasones,
siempre nos queda el axioma filosófico de que la realidad es sólo una creación subjetiva,
siempre nos quedará el consuelo de que hicimos cuanto se esfuerza el mújol frente al sedal,
pero yo os digo que una mierda,
que fuimos más, que fuimos mejores, que éramos grandes enanos de corazas en carne viva,
y que ya no lo somos, vamos en coches cojonudos,
nuestras chozas almacenan metopas y medallas y tantos reconocimientos,
nuestras pollas tienen las muescas del mal y los nombres del olvido, y mentimos,
por eso, cuando miro atrás, veo un estulto empeñado en ser lo que ahora creo que soy,
y yerro,
y yo no estuve allí, estoy aquí hoy, y esta salud de alquimias y fastos es un estado transitorio
que no augura nada bueno.

No fuimos nosotros, y nos ha seguido esta estantigua de pecados originales,
y quizás los que hoy somos tampoco están aquí, ni los que sé que seremos
nos perdonarán los excedentes de escoria del hoy que ya nos es mañana,
giróvagos de nosotros mismos, ladrones en nuestra casa, reos rebeldes
a nuestro mazo sin piedad, hieráticos ciegos ya vistos
para Sentencia.

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