Company of Wolves

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Bark at the Moon

jueves, 13 de marzo de 2014

La paz.

Buscar la paz es frase de importancia./
Pero la paz se construye sobre tantas heridas contusas,/
sobre tan grandes costrones, sobre las cicatrices del alma,/
me dices, amor mío, que hay que buscar la paz, pero yo creo,/

creo de veras/que antes hay que buscar a Andrés, porque Andrés, querida mía/
ha desaparecido detrás de los largos autos de procesamiento,/
se ha extraviado en la maleable moral de las dolorosas menores agredidas,/
ha cedido sus fines de semana a las sanciones precisas de las injurias y los hurtos,/
y tenemos que encontrarle, en algún lugar se esconde el que Lamarck creyó/
la evolución de ser de Cabo de Palos, y en ese trayecto, mi reina,/
se nos ha perdido,/
bajamos la cueva de Cala Medina y él ya no está y sólo sabemos llorar,/
llorar como plañideras sin cadáver, como ilusos testaferros/de las olas, tenemos que hallarle,/
la paz no se nos va a construir sin él./


Qué más quisiera yo que poder ordenar su inmediata requisitoria,/
su detención y presentación a los altares del gran hombre que creí haber hecho,/
ojalá mis honores dieran fuerza a mis mandatos, pero, de verdad, mi amor,/
este escurridizo hijo de puta dejó de perdonarme hace ya décadas,/
se negó a aceptar que su vida tenía que ser la última escala de los barcos del hambre,/
y le llamo por los acantilados de cuando eran la voz Neruda y Huidobro, y no,/
no me contesta,/
a cambio una boria de litigios pendientes y de pleitos que dicen atrasados ocupa mis regiones,/
y cómo ver a su través al que fue el artífice de esta presunta bella historia,/
y es que buscar la paz es una tabla en medio de la mar,/
querer el perdón ahora es taimar la senda que juntos le construimos,/
nos sobraba Andrés, el imbécil de los versos, el que sabía de la compasión,/
dime pues cómo cojones vamos a pedirle el armisticio, si el faro/
está escupiendo luces de sangre y saliva rencorosas, y a la tarde/
ya sus botas de montar no sirven entre tantos caballos muertos,/
y sin embargo él es quien tiene, a la postre, que tomar esta quebrada/
vara de mando./

Buscar la paz, cariño mío, es un camino ciego,/
antes habrá que dar con él, o siquiera con alguien/
que brame sin vergüenza su amnesia, que grite al dolor de su antaño y tísico/
nombre.

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