Company of Wolves

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Bark at the Moon

lunes, 24 de marzo de 2014

Tres caras.

Estoy confuso en las pavesas de estas últimas piras,
caminando entre los depresivos agarradores del clavo.
Hoy se suponía que estábamos evolucionando a lo quizás perfecto.
Me decían que nos estábamos reconstruyendo, que renaceríamos
zombis puros, sabedores del olor a la muerte, sin embargo
vivos contra el tiempo,
victoriosos de la piel
descolgada...
Me indicaban que yo estaba ajeno a mí y que hoy empezaba a hablar,
que comenzaba ese llanto desviado de mis ojos estrábicos,
pero hoy escucho a "Extreme" y temo las tres caras de esta historia.

(mi voz)

Si no vives nada tienes que escribir,
si no eres dime por qué duelen tanto estas últimas horas,
si las últimas playas de Murcia dependen de la caricia del amigo, de la presencia
indiscutible
de las hermosísimas calas, del dolor por el poniente que ya no veremos,
te reto a que me expliques por qué he perdido tantas ronchas de mi pasado,
por qué caen los años y numero los lirios y no acierto a esbozar esa sonrisa,
por qué soy un inculto que juega a erudito y un desgraciado que no sabe
lo que tiene, por qué
salgo en los dominicales como un jodido poeta cuando yo sólo miento
y grito
y muerdo.

(tu voz)

La muerte se ha instalado entre los seres del Sur.
Puede que no todas las paleras caigan bajo su infección,
puede incluso que tú mismo seas la puta infección,
eras un digno profesional y un poliedro de humanos cortes,
no te ataques, no te midas, deja que el amor te sea exhibido, vuelve a los arrabales
de tu historia, al niño limpio arqueólogo de las revistas pornográficas,
al adolescente que no se atrevía a profanar el himen, al adulto
que sólo se mensuraba con el decir de los demás, al gilipollas
que pensó que si era respetable también sería perfectamente hábil,
sí, capacitado,
tal la gaviota que masacra el huevo pero canta, dulce, al atardecer.

(y la verdad)

Wim Mertens nos habla en su idioma imaginario y desolla su piano.
Las virtudes teologales han sido empaladas, mas aún segregan
sus mandatos terribles.
Te toca bajar, te toca caer, te toca decirte
que todo esto lo hiciste contra ti mismo.
Una línea de vida llegó al barco hundido, y no hay mayor profundidad
que esta tan silenciada del fracaso social.
Duele la palabra pero duele más la herida, y tendrás que exhibirla,
tanatomorfosis de la experiencia, Piramidón sin camas
en la lucha del verso y del perdón, sílaba
humana, reiterada, aterrada, sí...
ten fe..

(y la verdad)

Wim Mertens nos habla en su idioma imaginario y desolla su piano.
Las virtudes teologales han sido empaladas, mas aún segregan
sus mandatos terribles.
Te toca bajar, te toca caer, te toca decirte
que todo esto lo hiciste contra ti mismo.
Una línea de vida llegó al barco hundido, y no hay mayor profundidad
que esta tan silenciada del fracaso social.
Duele la palabra pero duele más la herida, y tendrás que exhibirla,
tanatomorfosis de la experiencia, Piramidón sin camas
en la lucha del verso y del perdón, sílaba
humana, reiterada, aterrada, sí...

ten fe..



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