Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

domingo, 2 de marzo de 2014

Caminos (sin salida).

Tus hijos necesitan algo más que dinero,
tus hijos necesitan algo más que artefactos,
tus amigos necesitan algo más que estas putas palmadas en la espalda,
iros a tomar por culo, cómo, cómo
airear el alma contra el mármol nuboso del invierno, cómo
se entrega el amor que no se siente a sí mismo.

Yo afirmo normas de lunes a domingo lejos de mis radas,
distribuyo el destino del prójimo y es siempre un cielo negro,
estoy hasta los mismísimos cojones de poesía,
verso suelto,
verso inútil,
te estás engañando, tus hijos no necesitan el dinero de las guardias,
tú necesitas la inmediata leva del descanso del guerrero, del fulgor
de los atestados,
de esta narrativa del horror,
la pica por delante, el pecado original, las trampas de tanto ilusionista, y quién,
y quien será el jefe de esta tribu de destripadores, de olfateadores
de los sexos de los adolescentes, yo lo sé, lo sé, mentimos,
me sonreís, poetas, me sonreís, y yo con mi asquerosa tendencia a pergeñar no-versos,
palabras inconexas, y me recordáis que mis hijos necesitan algo más que peculio,
y a veces me pregunto qué cojones hay de lo que yo necesito,
y los curas de Satán dan hostias tan dignas como los que mueren por el prójimo,
y quién dijo esa gilipollez de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo,
y resulta que tengo que trabajar y dictar vuestras sentencias y es domingo, y como siempre
huyo de la mar y yo soy la mar,
escapo de las mareas imperceptibles de la Luna Nueva,
y me pregunto si todo lo que merezco es una canción de Be'lakor,
la realidad dolorosa de los cielos incontables, no-poeta,
no tienes la verdad, no tienes la belleza,
la belleza es una argucia en tantas manos taimadas, adoradores endecasílabos,
Bendita sea vuestra beldad, Alabado sea vuestro embeleso, y mientras tanto
damos cerco a la morada del mal con tantas entradas y registros, en busca de qué,
en pos de quién,
tras los indicios de la locura, almas extraviadas, y yo, y todos, perdidos,
y sé que un poema con muchas "ys" es propio de la ignorancia del lego,
y va a resultar que me importa un capullo,
y mis hijos necesitan algo más que dinero, y yo,
qué leches necesito yo, vuestro servidor, vuestro bufón,
el último radio que nos aleje del acosador que decline semejante honor,
estoy perdido, poetas, y os quiero, y no soy uno de vosotros y es que no somos de nadie,
mis viajes de otrora me hicieron sabio y ahora no sé dónde yacen los reyes del silencio,
qué Encíclicas resultan las veraces lonas contra toda esta intemperie,
y fue tu palabra contra la mía y yo dije que me habías penetrado desde tan temprana edad,
y vino ese tipo de la noche y midió las faces y los gestos y la mirada del dolor,
y qué son los mandamientos de prisión contra la sorda estirpe de la cópula del tiempo,
barrotes y literas que yo no he conocido,
y mis hijos no lloran pero no saben que tengo miedo,
y vuestros hijos necesitan algo más que vuestro nombre,
nombres, y vino el viento, y se enquistó en el robín,
estamos oxidados y miramos aterrados al mañana,
y hoy yo soy el poeta, y vosotros sois mis pretores, y mis hijos
necesitan de un padre que no llore los fines de semana...

Es domingo, y bien jodido que lo tienen,
panderetas rotas, trajes con apresto, corbatas sincopadas, seguir, seguir,
abarcar hasta la última esquina de nuestras astilladas
humanidades.

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