Company of Wolves

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Bark at the Moon

domingo, 19 de enero de 2014

Patones de Arriba.

Siempre llovía en esas sierras nortes,
yo supe extraviar mis pasos al dolor de esa pizarra,
hubo un tiempo perdido para todos, o eso creo,
todos hemos tenido la grandísima ocasión de equivocarnos,
yo andaba por Patones de Arriba y me decía que el amor sería
para siempre.

De tantos fallos y nombres como décadas sepultas
no hallaré motivos en mis menguados bolsillos de estudiante,
ni en las suelas rotas de mis lesos zapatos castellanos,
poco tengo hoy que decir ante la horrenda belleza de la ciudad que surge de la roca,
jurar es la última trampa de esta educación cristina,
jurar es siempre un salto de fe al efectivo vacío,
un caer a dentelladas contra el liquen de estos montes donde no llegó el francés,
noches de bodas, camas calientes, glamour del día del que luego tanto hablaron
esas abrasivas sentencias de nulidad.

Hoy vienes conmigo por estos lares del viento y de la altura,
reímos y podemos comer en un digno restaurante,
sólo la lluvia persiste y corrige al alza los años que contamos,
quién me ha visto, cómo no recordar que gota y rota riman con derrota,
sotas de bastos acechando en los rincones,
y hoy decir "te quiero" es más que una osadía,
es un puñal que acierta, es un paseo a la barranca del olvido, es un corte
que siempre sangra, y sin embargo nada es tan cierto
como que aquí estamos, manos ateridas de temor mas al fin entrelazadas,
y algún día tendrá que salir el sol que seque estas calles heridas del pasado
y del silencio.

Vendrá el día en que el Rey de Patones se rendirá a una última acometida,
el día en que penetren estos muros de piedra acerba esos soldados
marrajos
del ejército vencedor de la desesperanza.

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