Company of Wolves

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Bark at the Moon

miércoles, 1 de octubre de 2014

Mar.

Quiero hablar de la mar,
quiero decir que puede que esa nostalgia sea nuestra única verdad,
que de lunes a viernes tengo migrañas de tierra,
zarpazos de dominios públicos, ahorcaduras de reloj penitente,
yo sólo quiero hablar de la mar, de su completud, de su impertérrito
presenciar las estantiguas de estos sexos paranoides
con los que nos nombramos.

Sí, el sábado a la tarde cae la mar como una maza de agua ácida,
nos damos cuenta de que hemos enumerado los pecados del prójimo,
nos dividimos en los restaurantes esnobs por la estirpe del bolsillo,
mas el sábado a la noche la mar se adorna de tules y reparte las hostias
por igual.
Yo quiero hablar de la mar, yo quiero recordar que la tela que vestimos
no nos esconde, que una sonrisa es peligrosa como un ramo de mierda,
que tras las persianas están apostados los cuerpos inútiles de los fieles a Dios,
que el Mal tiene el coño depilado y va al gimnasio a moldear su abdomen de machote,
que el consuelo del vino llegó demasiado tarde.



Los faros están vomitando haces incapaces contra el tiempo,
nadie saca los clavos a los maderos a los que nos clavamos
las almas llevan su contabilidad paralela y muñen su gran estafa,
sólo quiero decir que a la mar habremos de rendir nuestras cuentas,
que las togas ahogadas no conocen del principio de oportunidad...

Decidme al menos si aún tenéis miedo,
si sabéis ya quién es vuestro más fiel enemigo,
yo quiero hablar de la mar y recordar que la mentira es nuestra primera derivada,
ensalzar el galipote que tizna por igual al sabio cobarde
y al imbécil del poeta.

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