Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

jueves, 1 de mayo de 2014

Trufo.

Hoy quiero creer en Dios, aunque no toque.
Se ha muerto el perro de mis hijos, mi Trufo, hoy
quiero creer en el Dios de los perros, porque todo es horror.

Dímelo tú, Loli, miénteme...
No somos capaces de ver todas las esferas de la realidad,
nuestra mente se acostumbra evolutivamente a nuestras necesidades,
existen presencias,
hay otras luces y vistas,
yo quiero estar borracho, mi Trufo se ha muerto, se ha muerto
con dos añitos, era un niño, era un cándido blasón de miradas y colas repartidas,
hoy quiero creer en Dios, me importa un pijo el bing-bang, me la suda la verdad,
quiero un lugar para mi Trufo, quiero que esté allá,
yo mismo quiero ir allí, quiero morrearle en su despliegue de amor desprendido,
no me conformo con su cajita cerrada debajo de la casa de mis hijos,
no me conforme con cavar este hoyo y que se lo coman las hormigas,
he visto su cuerpo insepulto media larga hora con mis hijos llorando,
y una puta garrapata que le quitaron se lo ha llevado a la muerte,
a la jodida muerte,
jodido final de todos nos, pero Dios tiene a Trufo a su diestra,
Jesucristo era un tío grande pero dudó, y mi Trufo no,
mi Trufo exhaló tras semanas de calvario, y pensaba en los suyos,
y la cercanía de los suyos era su única arma,
y los veterinarios lo dijeron, no podíamos estar allí,
estábamos lejos de esa clínica donde la trataron de salvar la vida,
no podíamos presenciar su postrera transfusión de sangre,
Trufo tenía dos añitos y no se podía morir,
y por qué sigo yo vivo a mis cuarenta y seis, quién coño soy yo,
yo condeno a los demás y Trufo siempre les amó,
Trufo existe mientras lloro sobre su alfombra,
Trufo victorioso tras las putas bacterias,
Trufo alegre ahora que no le tengo, Trufo que me cuida en las sentinas del Juzgado,
hoy, hoy, hoy, hoy, hoy quiero creer en Dios,
no hay para los humanos esperanza,
sólo hay Dios para los perros, para los inmáculos animales,
hijos que lloran y padre que llora,
os pido, por Dios, que le hagáis un hueco en vuestras vidas,
os pido que le abramos la puerta de su eternidad,
nadie debe morir con sólo dos años,
nadie, cabrón de Dios, tienes derecho a llevarte,
nadie merece tu daga traidora, nadie es tributario de tu camino encendido,
te odio, te odio, te odio,
tienes que existir, tienes a mi Trufo, él te lame mientras dispones sobre nuestra mísera vida,
devuélvemelo, reyezuelo, devuélvemelo, hazle ladrar y salir de su hoyo
horadado en la tierra de la que siempre fue digno,
cavado a sabañón con la fuerza de la lágrima y del viento negro.


Hoy quiero creer en Dios, en aquel que se ha llevado a mi Trufo,
y tú me dices que es todo en balde,
que ese gran hijo de puta resulta que no existe...

Hoy he de creer en ti, Dios, y por mi sangre
que si no existes te labraré de arcilla sobre el pecho de aquel perro que siempre fue mi hijo.

2 comentarios:

  1. “Memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris”
    “Hombre, acuérdate que polvo eres y que al polvo volverás”.

    ResponderEliminar
  2. Bien lo dices, Joaquín. Tremenda putada polvorienta.

    ResponderEliminar