Company of Wolves

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Bark at the Moon

lunes, 28 de abril de 2014

Imbéciles.

Hay días en que despierto y el reloj despuebla mi horizonte...

Sé de lo importante, sí, sé de lo terrible, 
sé que no vemos a nuestros padres y no reímos con nuestros hijos,
la representación teatral es una ópera bufa de maletines y corbatas,
la bambalina que cubra toda esta indecencia de trajes de postín,
los amigos desterrados a las llamadas trimestrales,
lo siento, cuánto lo siento, se escapan los meses como huye el viento
detrás de las olas a las que nunca alcanza.

Llegará el día de lamentar esta estúpida costumbre,
la arenga de los curas dijo que éramos "para siempre".
Horas perdidas trabajando en vez de abrazar a los que se irán.
Días empleados en condecoraciones,
medallas y logros que se fundirán con nuestros huesos.

Ver no es sinónimo de aprender.
Somos borregos guiados por un pastor insaciable,
y a ratos creo que soy yo mismo el que llama a su rebaño.
Imbécil, Andrés, eres imbécil,
los lobos del tiempo siempre juegan con ventaja.

 

2 comentarios:

  1. Vértigo existencial sin paracaídas y aceleración sin final, provocan estos versos. Posiblemente todo sea una gran opera bufa. Los Martin y los Smith de Ionesco en la Cantante calva representando la incoherencia universal de la vida bajo la monotonía que sucede con la rutina, donde el tiempo parece no avanzar ni variar, pero que finalmente sucumbe a la irremisible ley que impregna el ADN de los humanos.

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  2. "La vida del hombre es absurda,
    su tragedia, ridícula".

    (E, Ionesco).

    Así reza un póster que tengo en mi habitación.

    Mil gracias, amigo, por recordarme que no seremos capaces. Mejor contigo que solo.

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