Company of Wolves

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Bark at the Moon

sábado, 13 de agosto de 2011

Cefalú.


A ratos todo esto es mentira,
a ratos sueltos la soledad que cierra mi sombra me pesa, puede como chepa y diente al polvo,
sí, hay veces que puedo huir miles de millas pero me han seguido,
                                                                                              me habéis permanecido,
en lenguas extranjeras, costumbres ajenas, sucios puertos añejos, acá esa soledad es océana,
ha ido cantando por las bocas de los magres hasta sus primos italianos,
y en estas familias lejanas se ha regurgitado, ha llorado su vómito sobre mis pies de lava helada,
porque valgo menos de lo que parezco,
porque parezco aún menos de lo que creo ser,
porque soy incluso mucho más pequeño que mi reflejo,
mi imagen de anillos macarras y de pelos largos sobre el aceite que desaguan las barcas de Ognina,
porque mi reflejo es sólo un momento en una calle estrecha de souvenirs y risas lavatorias,
                                                          y ya se ha ido,
y es cuando entonces sólo mi soledad se torna mía, cuando los gelatos sacan sirlas al pantocrátor,
cuando el andiamo siciliano se descompone, los amigos, los amantes, los esposos y sus hijas de seda
                                                                 me desiertan
en estas calles de tabacchinis, de tratorias, de hermosas ropas tendidas, manteles tales toldos y colores
y quiero irme de mí mismo,
quiero dejarme de lado, quiero no ser yo, quiero reír mas no sé reír sólo, quiero volar pero soy argolla,
y acaso quedará, por Crom,
mi figura en un ciber-café lloviendo sobre las teclas que me alcanzan la voz de Porcupine Tree.


                                                 (Cooooooollaaaaapse the Light into Earth)

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