Company of Wolves

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Bark at the Moon

martes, 19 de abril de 2011

Martes de Pasión.

Hay ratos que creo que mi madre me ha engañado...
mi madre me dijo que Dios era bueno, noble ración de sonrisa del infante,
mas a ratos creo que un japonés que cosía su velamen vio a Dios en lo alto de una ola de quince metros,
creo que un español sodomizó a una gallina y murió aplastado por el corral,
veo niños engullidos por los fangos de la inundación de las aguas de Dios, brazo alto al ahogo, agua sucia,
y todo se me antoja como si a veces Dios fuere un auténtico hijo de puta,
un Crom, un Odín, un Zeus, una polla en el culo de un triste, lloroso, monaguillo,
y siento las espinas, pues entonces creo que mi madre me ha engañado,
siento los pianos desafinados por unas manos que no siempre son humanas,
y otros ratos siento que mi alma de cerdo samaritano consentido baila en las bodas del mal y de la hez,
y grito, canto con mi garganta seca de vino amargo, me hundo en mis mares en busca de alguien,
de algo,
porque en los ojos de violadores y asesinos he encontrado los cuernos y los rabos, y el azufre,

porque mi madre no puede ser una jodida farsante,
porque sería como un jinjol del frío Enero que la única prueba de Dios fuera nuestro Belzebub,
pero hasta en los ojos de la mujer hermosa no veo nada,
hasta en los coños más deseados sólo huelo mi anhelo,
hasta en las cruces de las iglesias se me antoja que hay más cenizas de inciensos acres que esperanzas,
y debajo de la mar sólo hay muerte,
y mi madre, hasta mi madre, sabe que Leónicas y sus trescientos eran sólo unos gilipollas.

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