Company of Wolves

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Bark at the Moon

domingo, 4 de enero de 2015

Sonreír.

Esta mañana,
mientras salía del garaje con mis hijos,
unas pocas palabras me han puesto en mi lugar,
en mi repentina residencia en el barro, como sólo lo real te puede hacer,
mis hijos me han dicho "Teri, tú ya no sonríes".

Llevan razón.
Hubo un tiempo en que su padre era al gran pituoso de las islas,
el que creía que las guerras las ganaban los guerreros,
pero hoy se me ha caído, en una frase, el último baluarte de Eivissa,
a Guillermo de Montgrí le han vaciado esas chicas de lenguas de esperma,
Ses Salines hoy tuerce sus miembros como duelen sus sabinas,
pienso en ello y mis hijos me han dicho lo que sienten,
Teri (nunca me dijeron "papá" ni me llamaron por mi nombre)
ya no sonríe, un hombre en medio de la calle
esperaba que su perro acabara de mear y me indicaba que aguardara,
y el hombre sonreía, y yo a mi volante no, y yo ya no lo hago,
nada ganan mis hijos confesándome su verdad,
labios de rictus y ojos de Lebeche, de Lebeche helado,
les digo que es mentira pero se vuelven contra mí,
"Teri, ya nunca sonríes", y temo que sea tan cierto
como que no encuentro el Norte para este pecio ensoñiscado.

Qué ha pasado es tanto como ignoro,
sé que los años han hecho presa en mi alma extraviada,
que la trinchera del delito tiene alambradas donde mueren sus soldados,
mas el jueves, en el cine, espectros contra brujas luchaban estúpidamente
cuando el espectro confesó la última regla de este juego,
"si te enfrentas a lo obscuro, se te mete dentro",
y todo esto es la verdad,
y yo ya no puedo más,
y cada día salgo de una cama donde señorean unos demonios que llevan mi marca,
y cada día me ilusiono con seguir adelante,
con que el trabajo, la compra, la ansiada justicia, la poesía
van a tener una némesis, que esta maldita entropía
va a dejar algún motivo, va a rendir alguna plaza, algún mensaje
que me alivie la pronta noche que dura tanto y tanto y tanto,
pero estos propósitos son lava negra, son alcorques para mis árboles secos,
y si he perdido la sonrisa para qué servirá tanto esfuerzo,
si rebato mis anteriores dogmas quién va a ser el dueño de tantos púlpitos caídos,
de qué vale un hombre que no sonríe a sus hijos, de qué vale un poetastro
que no se rinde al hostión del blancor en las calmas de enero,
y mis hijos dicen "para qué te has puesto esa paleta postiza si ya no te ríes",
y desde aquí abajo sólo se puede entornar los ojos y sentirse desnudo,
si ya no existe la ilusión de la palabra, los poetas me dejaron en mi sitio,
si se ha acabado la esperanza en las probas sentencias y en los retributivos autos,
si la fe se ha tornado en salmuera en los esteros de las viejas salinas,
y no murieron mis abuelos para que esta mierda seca no sea digna de ellos.

Hijos, recordadme quién fui.
No sé aún cómo.
No se me antoja cuándo.
Pero algún mojón de estos puede ser el kilómetro cero.
No voy a rendir mi mirar a las lágrimas.
La cara al viento, la espalda al clamar de las guitarras,
las uñas que aún me sostengan en el acantilado,
la risa como la del payaso, sonreír aunque escueza,
perder las últimas playas sólo si ya no queda sangre
que luche su color contra los galipotes del puto azar.








3 comentarios:

  1. Sus hijos tienen razón. Sonríe poco, Sr. de la Orden. Intimida bastante verle. Algunos le temen. Otros le entendemos. Quizás sea una esfinge griega adusta y escudriñando lo imposible. No se preocupe, aunque no sonría, le entendemos. Aunque sonría, Señoría, sonría. Le vendrá bien a Vd. sus hijos y a los que le temen..

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  2. Si inspiro temor y no respeto, he ahí mi primer fallo. No me cabe duda de que ese sería mi gran yerro.

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  3. Hay un Magistrado excepcional en la A.P, D. CARLOS MORENO. Su autoritas judicial es incuestionable. Su talante con las partes siempre respetuoso. Su calidad jurica impecable. A veces talante, autoridad y respeto puede conciliarse sin menoscabo de la aplicación de la norma. Es una mera y simple opinión. Sonría, Señoría!!!!

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