Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Vanitatis Fauces.

Siempre se adueña el sopor de mis victorias,
el sueño del cada día una batalla, perdedor de guerras contra mi yo-enemigo,
pautadas disciplinas me acompañan desde que la flor se cierra al mañanar,
deberes, relojes machacados a golpe de brocha gorda, de tiempo incoloro,
reuniones y opiniones de los estúpidos que creen saber del algo.

Todos, ignorantes, metemos quinta y de marcas rodadas anegamos los otrora campos,
semáforos en rojo y chicas leyendo descuidadas al paso del tranvía,
y en Gaza los niños mueren y en Santiago el Mayor las crías son folladas a los trece años,
y creo que a nadie le importa un carajo,
nos despertamos con la agenda y el alfange,
Juntas de Jueces, declaraciones de intenciones en las miserias ajenas, comidas de trabajo,
despedidas, buenaventuras de diapasón justipreciable, comportamientos, sí,
ejemplares...

Queda para la planta sótano el roer de los barrotes de los reos calaboceros,
para la encimera de las espinas el caldo que te consuele el sucio labio,
ese ojo poligonero que ayer te rajaron, esa tetas de borracha que ayer magrearon,
resta para el enano de las señorías el comprender porqué en Ecuador las hostias llueven
como panes caseros e infantiles, y mientras
somos gentes de tarjeta de crédito y sonrisa siempre dispuesta, mientras
los hombres como yo desean a su vecina y se follan a su mujer con esa cara mutante,
y el pescador arrasa sus palangres porque en la lonja el mero se torna japuta,
y el precio del sudor y la sal lo inmacula el mercado,
queda todo esto, y cae la noche,
y soñar sería lo deseable, nunca despertar al dictado de los protocolos normativos,
son las once, por fin,
una hora más de fingir que yo tengo la llave,
solo una hora de lamer la herrumbre y ni mear óxidos,
hasta cerrar párpados y saber que pasamos y nos vamos,
nos vamos,
lejos de la mierda que fuimos, loas de enemigos ensalzados al solo consuelo de las tumbas,
hablad, sí, hablad de la escoria que soy aún que puedo oíros,
no le digáis a mis hijos que antaño fui su gran padre,
decidles, empero, que nunca quisimos otra cosa que nuestra
tétrica
estrategia del consuelo y ceguera,
que el dolor de otros nos ha importado siempre un nabo,
que no hay esperanza mientras los coños no puedan, siquiera
oler ya a coños.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Quince minutos.

La vida me ha dado quince minutos,
unos minutos fuera del tiempo ordinario del reloj y el hombre,
un respiro fugaz de sentencias y deberes parentales,
quince minutos para observar y, acaso, a lo peor, ver.

Quince minutos son todo lo que tengo,
guitarras afiladas como poteras que muerdo, minutos de agonía al pensar,
al parar y respirar, de pronto rodeado, documentos,
propágulos que precisan dinero y ropas y, a lo peor de nuevo, amor,
directrices que he seguido en protocolos que he firmado, quince minutos,
y qué hacer, dime, jodido Dios, qué hacer,
dame parches obligados, dame creencias profundas,
que yo crea que cuando me levanto es porque siempre lo voy a conseguir,
que yo sienta que al obrar creo, mejoro, produzco la risa y la calma ventisca,
qué hacer, quince minutos, antes de coger el puto coche y lanzarme al mundo,
aprisa,
con los Dog's D'Amour invitándome a otra no-noche de no-copas y no-coños,
con el terror de fallar a tantos que se me ha agotado el cántaro,
mi cántaro,
antes de beber de sus ciénagas o
de sus aguas...

Sí, quince minutos inmundos, la vida llama al teléfono y dice que me retrase quince minutos,
y yo de veras quiero mandarla a tomar por culo.

viernes, 16 de noviembre de 2012

¿Quiénes son mis amigos?

Nos ha derrumbado, al final, lo que nos predomina,/
luché, me he rebelado, escondido tras mis sábanas, y ya llegó/
el garfio negro, y ni puedo siquiera callar,/
silenciar que en los ejes de coordenadas siempre hay dos verdades,/
que actuamos en estos los escenarios que otros quieren que poblemos, que somos/ 
la imagen invertida del espejo de los demás,/
que ni tenemos nombre propio, ni nada hemos elegido, y la realidad nos miente, queremos follarnos y/
nos mentimos./

Siempre pensé que andando por la ciudad los demás eran más hermosos que yo,/
subiendo y bajando aceras veía cimbreantes hembras que tensaban sus ropas contra sus tetas,/
hombres de traje voluntarioso y éxito asegurado,/
contemplaba el fluir de la sangre del pueblo como un cuerpo perfecto,/
deseaba ser uno más de aquellos que tenían salón y cena caliente/
ante la nutritiva/ 
televisión./

Ahora ni siquiera creo que ellos sean sino miserables autómatas,/
me aterra el pensar que nuestra risa es mueca y nuestra herida raja y gangrena,/
de qué nos sirven los jardines floreados, las novias a las que besamos,/
los vinos escanciados mientras corren las confidencias y los lunares deseados,/
a qué último rescoldo deberemos ir a calentarnos./

No puedo esbozaros la sonrisa, lo cierto/ 
es que dejé mis fuerzas en los hechos probados,/
en síncopes vaso-vagales he ido contando mis cumpleaños, y no me importó,/
y ahora me cobran por leer mis bodrios la amistad que no me regalan,/
los que me sonríen creen que soy un llano y amargo montón de mierda,/
creen que mis mármoles solamente adelantan mis panteones,/
y lloro, y tengo miedo, y quiero saber quiénes son mis amigos,/
los que entienden que no hay libaciones ácidas ni absentas sin veneno,/
los que se anclen contra septiembre, se amuren contra el estío, y me abriguen/
me abracen/
en estas galernas de caídas, de olvidos sucesivos, de voces muertas,/ 
de otoño./

sábado, 10 de noviembre de 2012

Dulce Julio.


No volveremos a nadar en el dulce julio,
el sol saldrá, los campos abrirán gigantes manos de colores,
la mar no cesará,
pero no, Rick, el dulce julio se nos marchó con la ceniza de los miércoles,
año tras año, odre tras odre, novia tras novia,
nos hemos quedado varados en esta rada sin fondo, sin poseidónea manta, sin salida,
y han sido tantos los solos de guitarra que hemos sentido posibles,
tantas barbacoas han encendido nuestro sexos sin que nadie avisara de que el sol se pondría,
no nos es suficiente,
nunca lo puede ser, Rick, tú te has muerto,
la traición de los amigos, las notas del Maestral, todo esto ha colmado los adarves,
y estamos lejos, Sr. Wright, muy lejos, de lo que fuimos,
todos nos hemos muerto, Rick, llegan los agostos pero no reímos al estío,
llegan los coños pero deseamos al prójimo,
llegan las leyes pero llenamos de mierda las togas, y no queremos,
no queremos
veredictos,
solo sueños, perfiles de ojos llorosos con las legañas del ayer,
el dulce julio, Sr. Wright, por Dios tu dulce julio,
una caricia de la juventud perdida, el calentor del mediodía en la cara,
la ceremonia de los bancos de pueblo y las risas,
algo que sea de verdad, el cobalto dulce del regalo, el ayer
frente a esta cascada de los haberes negros y las deudas ya tan
tan
repartidas.

martes, 6 de noviembre de 2012

Nunca.

Me preguntas si he dicho algo de lo que nunca fue,
si he comentado lo que sucedió en la nada y se diluyó en la mar,
si estos pecios imposibles han singlado, o fueron ya abordaje al primer botellazo,
me preguntas si las rojas conocen de las manos que no tocaron y de los ojos que no vieron.

La respuesta es no.
Los sueños se tornaron pesadillas, pero no.
No salimos del escabel de lo posible, y no,
nada que fuere fue, como nunca fue el tiempo que
escasamente
compartimos.

http://www.youtube.com/watch?v=X9KBKXoWvQ4

lunes, 5 de noviembre de 2012

Pago.


Deudas de manos abiertas,
créditos tal rajas, sedientas, pólizas de daño y de dolor,
somos financieros, sí,
débitos a cientos que amontonamos en los cabeceros de las camas,
somos banqueros inmundos de noches sin sexo y de mentiras, usureros de la caricia,
no nos quiero así, no, pero tus buenas acciones no quedarán sin castigo,
nada en ti lo hará.

Yo ya me aboné la hoz con la que me caparon a mordiscos en las tetas de la Catalunya,
y me dijo mi psicóloga que todo, todo, me lo cobraría
                                     (no la escuché, y la rapiña me asoló las viñas),
ahora no quiero entrar en nóminas algunas ni morar en las cuentas corrientes,
del cohecho tenemos muchas lecciones que explicar, y hasta de la balanza nos metimos el fiel
por el culo, y a lo peor
incluso
lo gozamos.

Que no todo es el dinero, no,
para nuestra ciega y falsaria
desgracia.