Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

sábado, 29 de octubre de 2016

Hace cuarenta y tres años
Rick Wright y Roger Waters pensaron que su "nosotros" era al menos
un universo lisérgico que podía contar aún (Syd había sucumbido) hasta cuatro
(ya sabéis, el grupo mágico, el que quería cambiar el mundo,
Roger, Rick, David y Nick,
el de esos nombres que luego dejaron de ser ellos cuatro para ser
las más tristes permutaciones
de nosotros dos y vosotros dos)
y los belicistas, y los capitalistas, y los hijos de puta, y los políticos corruptos,
y tantos de los otros
eran ese resto al que podrían llamar "ellos".
Todo indicaba a ese niño que les escuchaba, simplemente pasmado,
que llevaban toda la razón.
Rick se sentó al piano y empezó a llorar,
mientras David cantaba y hacía temblar las cuerdas de su guitarra
entonando tan hermosos versos como había escrito Roger,
que tocaba el bajo como si silbaran las balas que esos putos generales
sentados en sus retaguardias
hacían dispararse entre ellos a esos que bien sabían
que ya estaban muertos,
clamando una justicia que debía estar por llegar, mientras
martilleaba Nick sus tambores y sonaba ese saxofón de Dick Parry,
ese saxofón
que era como un bate por el culo de nuestra soledad y nuestra
cobardía.

Hoy no estoy tan seguro de que esa división sea tan perfecta.

Sé que siempre habrá un "nosotros" y un "ellos", llegado el momento.
Yo mismo no sé en que grupo estaré.
Yo soy de los que saben que una gaviota es la más hermosa ave litoral,
el ejemplo de la elegancia
en su planear sobre la sombra vespertina del Jaloque,
y sé también que es una calmada psicópata, que se come
las crías de las demás reinas del aire que osen anidar por doquiera
acantilados cercanos
y que le saben mucho mejor si están
vivas.
Yo soy del "nosotros" que piensa que nadie debe morir, soy del "nosotros"
que quiere que tanta mierda pueda cambiar algún día,
soy del "nosotros" que enciende la noche a la luz de su solo teclado
escribiendo en las vidas de los "ellos" y tratando de llenar, como Agustín de Hipona,
mi hoyito con toda, con toda, con absolutamente toda
el agua del mar.
Y, ante todo, soy del "nosotros" que quiere que sus "ellos" sean los menos,
sean sus hermanos, quizás sus malos hermanos, puede que sus hermanos lejanos,
sus hermanos
de otros idiomas, de otros acaso errados pensares, de incluso puede que los mismos
tan pesados
pesares
y sin duda de actos tan terribles como los míos propios,
soy del "nosotros" que no quiere a nadie fuera de esta su casa
donde las banderolas de Ozzy Osbourne me recuerdan que este es un tren loco
en el que vamos a descarrilar todos, absolutamente todos, yo, tú y,
off the rails,
todos "ellos".



Soy, como vosotros, del "nosotros"
que no quiere pensar que tanta gente, aún,
mientras las Erinias de la venganza nos persiguen
a jodidamente todos, cuadrando nuestros callados crímenes,
quiere seguir blandiendo los alfanjes
de su "ellos".