Trataré de asirme a lo pequeño, a los calendarios aprobados,
a lo imperfecto de las soluciones.
Buscaré motivos para la alegría y sé que no podré evitar correr
allá donde las metas ya están deshilachadas.
He de ser fuerte, el héroe que se venza, el mito que se duela,
grano a grano separar estas gavillas de la mies negra,
piedra a piedra tropezar hasta que sangren los pies, ávidos
Escila y Caribdis, los monstruos del estrecho de la lágrima,
os daré nueve horas y ni una más, o acaso
me daré de nuevo la espalda y haré de mi semblanza la fuga
impecable
del suicida.
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