Es desolador, creedme,
esta mi constante empírica de labranza y mudanza,
cada umbral que cruzo es a la postre mi puerta de salida,
no pertenecer, no permanecer, nada que reste de mí,
nos queremos, nos olvidamos, ciclos de nacimiento y muerte,
quizás todo esto esté siendo para nada.
Quedar, sí, quedar,
ser vuestro en algún sucio rincón de vuestra populosa alma,
agarrarme a la piedra que corta contra la absorción del Levante,
sernos algo más que la risa fácil del vino y la piel
sobrante, exfoliada,
de nuestra epidermis de fraudulentas
serpientes.
esta mi constante empírica de labranza y mudanza,
cada umbral que cruzo es a la postre mi puerta de salida,
no pertenecer, no permanecer, nada que reste de mí,
nos queremos, nos olvidamos, ciclos de nacimiento y muerte,
quizás todo esto esté siendo para nada.
Quedar, sí, quedar,
ser vuestro en algún sucio rincón de vuestra populosa alma,
agarrarme a la piedra que corta contra la absorción del Levante,
sernos algo más que la risa fácil del vino y la piel
sobrante, exfoliada,
de nuestra epidermis de fraudulentas
serpientes.
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