Ellos se empeñan, ellos insisten.
Luchad, dicen, pelead.
Ser perfectos como vuestro Padre es perfecto.
Dejaréis vuestras obras a los pies de vuestros hijos.
Siempre habría un motivo, siempre una explicación para el alambre
y el olvido.
No quieras bajar los brazos, guerrero.
Te hemos traído aquí para que nos hagas dignos.
El Mal y el Bien en las cartas repartidas.
Los barrios de los ricos y los bloques de los otros.
El Código Civil sea tu horizonte.
El Código Penal fije tus límites.
Y a ratos me duele tanto...
Mi ángel de la guarda se está follando a tu santa madre.
Agarro el acero de la lógica y no encuentro al enemigo.
Resulta que los cabrachos sólo pinchan a quien los pisa.
Sucede que las corvinas nadan en manadas y se comen a los ahogados.
Me dijeron blanco y negro, y hoy las canas son lesiones extraviadas
en el gris.
Nos vestimos con los tules de la justicia
y me dices que todos pudimos decidir nuestro camino.
Pero a cada recodo se abrían tantas sendas traicioneras
que a nadie he hallado culpable de esta ablación
insensata
de las brújulas,
y en la noche de las almas extraviadas sé que todos azuzamos
esa pira ya innegable, aterradora, de las varas
de medir.
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