Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

lunes, 6 de abril de 2015

HIja mía.

Caza mayor.
Padre de mierda, hija mía.
Un puto loco, hija mía.
Arcabuces a las voces, ruecas empolvadas y gotitas de sangre,
pieza segura.
No me necesitas, hija mía.
Tienes quién no te dañe, hija mía.
Un maldito inmaduro.
Qué erratas como vidas, qué dolor sinestésico,
qué mutación diaria, las pastillas blancas, las pastillas azules,
sentencias, pensiones, qué fríos argumentos,
qué palabras como muertes,
hija mía,
hija mía.

viernes, 3 de abril de 2015

EMIGRANTE.


Las he encontrado de pronto...
Las mismas notas de Wim Mertens
que acompañaron el año en el que dejé de serlo,
esas soledades de la tarde opaca contra el adarve de la costa,
las largos meses de mil novecientos noventa y uno, la inmarcesible
tumba abierta del tiempo que nos ha marcado,
los patos norteños que migraron al silencio de Cala Flores
buceando en busca de esa su pesquera,
indagando al agua acerca del porqué de su memoria.

Tantos años han pasado y no me reconozco,
tantas veces esa mi casa vacía ha recordado mis pasos,
sé que estoy allí, joven, presa del vino, inquebrantablemente loco,
el espejo de la entrada devolviendo a la noche mi imagen fantasmal,
los golpes de las puertas contra la mano leve de los vientos marineros,
sé que los temarios de la puta oposición aún me saben a Levante,
pero aún no sé, Dios mío, por qué te has ido tan lejos,
por qué las ropas han permanecido contra la rabia de los armarios del salitre,
por qué son los bisnietos de aquellas gaviotas los que hoy surcan esos mismos
acantilados, por qué,
por qué hoy me siento tan viejo, tan zafio,
por qué me he dado la espalda y soy hoy tan otro,
a lo lejos,
tan aterrorizado,
tal obscura sombra del que antes era el rey de los veranos resilientes,
el fiel rescoldo de los septiembres por todos
abandonados.