Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

martes, 30 de diciembre de 2014

Padres.

Me dijeron tantas veces
los doctos jesuitas que forjaron mi madurez
que éramos traperos del tiempo, y con sus harapos
compondríamos una perfecta y ordenada vestimenta.
Los años han pasado y presiento
que las almas siguen en pelotas, que la noche
sigue cambiando de santo y seña y el despertar
se está hastiando de sus motivos resabiados.

Me dijeron tantas veces
que seríamos triunfadores en esta justa amañada.
Que Dios no nos dejaría tan solos.
Que tendríamos armas para contener la evidencia
de los recidivos y agotadores
calendarios.
No quiero recordar cómo me engañaron.
La muerte ha sido más que la sed y sus albos espías
graznan canciones de Navidad
a la misma entrada de nuestros últimos
refugios.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Llueve.

Sucia,
la lengua de la noche que te lame,
abierta.
La roza hábil halla la pus,
la Santísima Trinidad de la Carne Viva,
llueve, cae la luna en espasmos
de agua.
Juro que no diré tu nombre.


Invierno.

Y cómo avanza el frío,
cómo pesa la sangre coagulada, el yugo negro,
temprano, de los astros,
hay tantas veces que el ayer
no es suficiente, que la piel incisa...
desconoce los abrigos,
que el viento Norte corta las maromas que nos ataban
a puerto.

Siempre ha ocurrido lo mismo,
las uñas no pueden con las losas,
las ferias se llenan de niños muertos,
las radas guarecen los últimos muñones del estío
bajo toallas que lloran aguaceros
inevitables,
la promesa y la espina
morreando sus lenguas congeladas.
Sí, su boria victoriosa que llena los cajones,
el invierno que demuestra que, de nuevo,
marramos.