Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

sábado, 12 de octubre de 2013

O de la alegría.

He escrito un poema triste (cómo no),
era hermoso, era cierto, mas lo he borrado,
y es que la noche se me instala en los ventanales pero eso no es malo,
por ellos miraba Bukowsky pajeándose
al sentarse de las faldas de sus vecinas,
he dictado diez sentencias pero ya me he perdonado,
en horas tomaré unos vinos antes de ir al cine,
resulta, pues, que van a existir motivos para la alegría.

Sé que hay niños con cáncer y que me duele el alma,
sé que efluyen ríos de sangre del vomitorio de las plazas,
sí, sé bien que la depresión es un estado que se instala y que la prensa me miente,
pero (qué carajo) mi sombra aún ocupa un espacio en estas calles,
Alberto ha ido a la tienda pero sólo ha robado siete libros,
y hay gentes que saben que para sonreír hay que apretar mucho los dientes.

Otro día daré paso a las oligarquías del dolor.
Bien es sabido que tras las esquinas abundan asechanzas, que Satán
puebla los dormitorios de las cruces y las estampas de la Virgen.
Pero hoy resulta que tengo hijos y tengo techo y tengo polla que erosionar,
y de tantas alcuzas de miseria hoy voy a escoger la del Aceite
de Lorenzo.



2 comentarios:

  1. Hoy puede ser un gran día, o no... Pero el poder de la imagen elegida confunde cualquier palabra triste.

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  2. Tenerte entre mis lectores es un privilegio del que dudosamente soy tributario, mi querida Magda. Por razones que se me escapan por completo, mis días últimos no han sido grandes días, sino para el arrabio. Pero tu cara serena al otro lado anima, pues hasta se preña de palabras acertadas. Tus penumbras se me antojan muy luminosas, querida mía.

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