Company of Wolves

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Bark at the Moon

martes, 5 de febrero de 2013

Galipote.

Éramos niños cuando crecían nuestros dedos en sondas negras,
en perlas obscuras regaladas por la mar,
desconocedores de la química y las sentinas de los petroleros,
ignorantes de la singladura de la refinerías,
felices,
subíamos de las calas con el ejemplo del vertido incontrolado,
formas de alacrán en la arena despiadada de nuestros baños primeros.

Hoy todo se ha ido a la mierda...
dame, dame, Dios, ese galipote,
tu Trinidad ponga en fuga al jodido aguarrás de la botella de plástico ajada
(voces de madres dignas limpiando el estigma de nuestras ignorantes siestas),
tu Santa Presencia impida el borrar de los ejemplos del kaos del oro moro,
úntame de mediodía, de pasos insolentes, de ignorancia en los sexos
tras los bañadores diminutos
(ese honor del textil catalán que nos tapaba la inocencia),

quiero galipote, quiero bolas de Arabia fecal en mi garganta, en mis arterias, en mis pies,
que hoy todos hemos lavado de otras mentiras nuestras bodegas, y somos barcos
a la tremenda deriva
de los puertos que no se atreven a confesar su líquido derrame,
galipote, ejemplo del lugar al que no volveremos,
pesadilla de inocencia y azote de nuestra derrota, la piel para todos los demás, la hoy límpida,
prístina,
inmaculada
postración.
  

2 comentarios:

  1. La nostalgia es el veneno dulce de los que creen ser ya viejos amargos y no son mas que chavales ansiosos de no perder la lozanía de la juventud que todo lo puede, todo lo ignora y a todo está dispuesto por llegar a saber. Muy bueno Andres.

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  2. Chaval ansioso ya no soy, Pedro, pero sí niño que lo fue y quisiera seguir siéndolo. Como todos. creo. Un abrazo, y gracias.

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