Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

domingo, 27 de marzo de 2011

Lo Cuadros (convivencia salesiana).

Otra vez...
Al llegar la convivencia sólo conviví conmigo,
pasos de procesión pagana, penitente de marmóleas sonrisas,
y me hago suavemente poco, y me disuelvo, receloso
testigo de tanta ausente presencia,
y huir, y correr, y gritar.

Recuerdo de pronto que no compré las putas pilas AA,
tan sencillo hubiere sido al pasar de galletas y zumos,
como madre soltera me olvidé de los orgasmos, y tal rapaz
es el tiempo, arena toda
extendida en los velorios presuntos de la prevaricación administrativa,
y compruebo que en mi morar sigue oliendo a ti,
que varados los cítricos efluvios de mi dosificador
(esas dos putas pilas AA, hadas de pomelo para mi hogar-despacho,
catas agrias, levas de naranjo, huertos funerales,
tardes de primavera de mi cama-sarcófago, sueños húmedos)
sigue un olor a sal vieja en los documentos penales, en las postales de mi antaño amante,
y entre este lamento voltaico sigo aquí,
regalando mi apariencia al labio y la impostura,
repostero empeñado en el cuajar del desamor,
queriendo lo que no tengo y teniendo lo que no quiero, y no quiero
nunca, hostia, nunca más
quererte,
mercaderes del vino y la Viagra,
almoneda de las pollas que quedaron al pairo
de tus derivas.

sábado, 19 de marzo de 2011

Filandera.

"A ver cómo escribe un juez heavy..."

Un juez heavy no escribe, no,

un juez heavy no existe, no puede,
sabes bien que navegamos entre los colores, tú misma
ya elegiste mal las telas, y somos de la ausencia del Levante
y sobre ella construimos, misérrimos, nuestra verdad.

Pocas sincronías para tanto diapasón, yo vivo
y es bastante, frente a la vena cierta y el filo álfil,
dímelo tú, pues, cómo escribe un ser que llora,
cómo llora un ser que sigue, cómo sigue un mar que
gota
         a
            gota
no tiene otra marea que el secarse en la herrumbe.

viernes, 4 de marzo de 2011

Hoy.

Quiero cambiar.
No quiero ser yo.
La tristeza que no sea mi vereda.
Sabor agrio que salga de mis dedos.

Quiero correr.
Kilómetros hacia el Norte en mi coche de alfileres.
Escuchar esos gritos, los de las guitarras, los del extraño habitante.
Volar, subir, estamparse contra la verdad.

Dejadame, por favor.
Debo huir, quiero mudar mis dientes por piedras,
no sentir, dejadme, rendir mis banderas,
vacío, quedar hueco, loas del ciego, cantos al sordo.

Otro, sí.
Un nuevo áspid para el campo helado.
Ni nombres ni lágrimas,
barlovar a la boria, blanca, nívea
                                                 (o muerta).