Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

viernes, 25 de febrero de 2011

Habrá (improvisación y estudio).

Volverán banderas,
volverán gaviotas, el mastral será el rey de tantos ojos,
no tengo miedo, tornarán las notas del dolor del siempre, adocenado, ataviado de jarrones,
limpios de flores nuevas, anegados por las muertas cúspides de mi antaña ofrenda.
Mientras tanto
sólo estandartes,
sólo cielos solos, sólo la calma muerta del volante sobre el que me empeño,
meanwhile, yes, mutatis mutandi
sólo cuarteles de invierno, y pieles cárdenas, y ojos caídos, ángeles
de la espontánea
y terrible
coyuntura de los garfios que, unívocos, cerebelan tu presencia
omnipresente.
Mas volerán banderas, volverán,
en los muros sucios de las cuidades y en las pollas
lentas
de la vida que se hace.

viernes, 18 de febrero de 2011

Luna llena.

Cómo te atreves a mirarme a través de la ventana...
Tu solsticio anterior quizás me vio con otra, sí, pero quién coño eres,
puta luna llena, para traerme la pizarra de los erros y las prisas,
quién te ha dicho que algún día fui sincero,
cómo separas la siembra de la paja,
quién te ha hecho galana de esta noche, quién te otorga el derecho a mensurarme,
si ahora yazco en otros brazos, si ahora anhelo otras sonrisas...
Tú sigues arriba, a ti no te importamos, tú no me conoces...
sólo sobreviviendo, y con tu jodida corola
amarrada a mis colchas, asertada contra heridas, redundante
en la inopia del huirte, del escapar
de la sierpe.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Sólo palabras.

Que me dejaste además de unas palabras.../


Tus putas palabras cultoides en el arrabio de mi libreta,
tus arquitrabes y arquivoltas sin las que tan feliz había vivido pensándome que en mí estaba mi propio ábaco,/
tus labios angrelados de sibila opaca, tus palabras de mujer tardía,/
qué poco me ha quedado de ti tras la caída de los mitones funerarios,/
cómo me duele el alfabeto, cómo rabio en la nieve/
del ácimo diccionario de tu febrero...

Mudo ahora en el contemplar de los teléfonos, en la calma seca del correo electrónico,/
mi senda de esperanza ennegrecida, mi seguir como la zupia zafia/
de esos postreros vinos que daban brillo a tus ojos/
fraudulentos.