Company of Wolves

Company of Wolves
Bark at the Moon

martes, 30 de noviembre de 2010

San Andrés.

La cruz o la espada...
Hoy tendremos que optar, que quemar las alas o abrirnos en canal,
será la última cruzada que entregar a la fe del sistémico, del pecador, del herrero
horrendo,
será hoy cuando el amor sea como el anzuelo, será el arcángel el que elija el aguarrás
para brindar.

Guerreros, sí, sicarios
de la más alta autoridad, id en mi nombre mas no sed yo,
Santo, larga abominación de las hostias alambradas,
hoy será de nuevo el perfil de la locura el que afile vuestras sirlas,
hoy el color será de nácar herrumboso, de cielo arrasado,
y no querré otra victoria que el pasado de la púa y el áspid,
pues hoy de nuevo el fiel dudará entre Asmodeus y el hombre, el ser esperado, el perfecto hijo de mil putas,
y querré creer, y ansiaré desear, y sólo me quedarán tus manos de torpe dibujante,
hoy,
en el día de la duda y la hermandad del cieno.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

De las cosas que duelen hoy he dado cuenta de todas. Me duele la distancia, y he sido el que va más allá de las colinas y el que se esconde tras las últimas simas, el testaferro de las puñetas y el último vocal de lo que algunos han nombrado la injusticia. Me afrenta el sinsabor, y sólo he definido mi sentido del gusto ante esas lágrimas de hombre, tan escogidas como provocadas por mi daga oral, que me han vertido esta mañana. Abomino el castigo, y he sancionado, por doquiera, censurado, pesado en mis balanzas, rebanado del pasado lo más amargo y lo que (todos) embalsamamos en nuestros recuerdos.
Y en todo ello no me reconozco: no me gusta lo que soy, muchos son ya los días que no me veo en estas pieles. Yo quiero querer, y la yel que vierto es tan verde como la muerte de la misma esperanza. Yo quiero vivir, y suelo ser la guadaña de tantos que pasan por mis páramos. Para ser justo, hay que empezar con uno mismo. Y de mi íntimo compañero sólo tengo aprecio de sus decapitados huevos.
Todo quizás para nada, para la galería, para los grandes nombres, para el don y la leyenda... dedicación exclusiva, mareas de mierda que consumen los años y engañan a los duendes de lo único que es cierto y es el postrero apresto: el calendario.
Adiós, Andrés, adiós.